Los artistas hablan a través de su obra y la de Adrián Paiva dice “paisaje”. Y así, como un paisajista se nombra él mismo, aunque “es raro porque no es una categoría contemporánea, pero mis paisajes no son tradicionales, tienen una vuelta, tienen la particularidad de la isla”.
Hace 11 años, Adrián eligió la isla para vivir, lo cual, en él, es sinónimo de pintar, porque su vida y su obra se entrelazan en la tela como se entrelazan las ramas que a veces caen como una lluvia y otras golpean como un azote.
Efectivamente, ponerse delante de una de las grandes obras de Paiva es introducirse en la enmarañada flora isleña: “En la isla, donde uno vaya, está adentro del paisaje; es muy selvático, uno está inmerso en la vegetación, no se ve el horizonte y eso es lo que trato de reflejar. En definitiva, mi intensión es que, el que ve la obra, tenga la misma imagen emotiva que yo, que se sienta en el medio de una vegetación que absorbe”.
La impregnación del lugar trasciende a toda su obra, “cuando voy de visita al mar o a la montaña y después pinto, la gente me dice ‘esos son los colores de Tigre’; por eso, en su última exposición en la isla, “la gente estaba fascinada y decía ‘esto es lo que nosotros vemos acá’”.
Adrián trabaja “a la intemperie, con calor o frío” y de noche, mira por la ventana. Quizás por esto, su obra transpira isla, porque la naturaleza lo desafía a cada instante y él no se resiste, le entrega su mirada y también su cuerpo: “Me gusta trabajar en tamaños muy grandes, ahí se pone todo el cuerpo”.
Además de pintar, Adrián confiesa que le gusta la historia de la pintura, investigar sobre la vida de pintores y en especial sobre artistas plásticos que han vivido en el Delta. Al costado de las tendencias actuales del arte, sostiene que “hasta los 80 hubo pintura, en los 90 hubo un hueco y ahora otra vez hay una vuelta a la historia de la pintura, en el camino de los grandes como Berni”.
Convivir con una obra de Paiva es una experiencia fuerte, de ahí que sus compradores sean personas “a las que les gusta la pintura, coleccionistas, pintores como Josefina Robirosa”.
Si bien Adrián no participa de premios ni salones, se lo puede ver en ArteBA, en la galería de Carla Rey y, actualmente, en simultáneo en el Museo Caraguatá (Arroyo Caraguatá 797) y en el Itimuseum (Av. Caseros 2739, Capital Federal), en ambos casos hasta el 18 de junio. En este último espacio, Adrián cerrará la muestra con una charla a las 19 hs.
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