Después de un comienzo agresivo en el torneo, el Matador perdió su solidez defensiva, se olvidó de hacer goles y sacó sólo un punto sobre doce posibles. El equipo está perdido, necesita urgente un GPS para saber a dónde ir, de lo contrario el camino a la B Nacional parece ser su ruta.

Recalculando

Cuando comenzó el campeonato, Tigre parecía transitar por un cómodo camino, de buen fútbol, de triunfos, basado en la seguridad de su arquero Javier García, factor determinante de la victoria ante Godoy Cruz. Echeverría, Lema, Paparatto, Casteglione y Orban daban solidez defensiva y sólo vieron caer su arco una vez sola en cinco fechas.

Tigre era líder del Clausura, pero no podía salir del descenso directo por la buena campaña de Rafaela, Belgrano, All Boys, Unión y San Martín de San Juan.

Diego Morales era infalible en la ejecución de los penales, Luna, el goleador de Tigre, Galmarini y Leone dos carrileros con mucho sacrificio, Castaño el equilibrio en el mediocampo y Román Martínez la cuota de fútbol; en definitiva Tigre jugaba en equipo. Pero a pesar de haberle ganado a Lanús con gol de Morales de penal, aparecieron los primeros indicios de preocupación, el oponente le sacó el balón, lo complicó y Tigre se defendió para terminar sufriendo y quedarse con los tres puntos.

Estudiantes desnudó que el Matador no era el mismo que las primeras fechas del Clausura. Los de La Plata se ponían en ventaja de cabeza por intermedio de Boselli, de pelota parada lo lastimaban a Tigre, algo que había sido su sello distintivo para ganarle a San Martín de San Juan por 3 a 1.

Con Arsenal llegó la primera derrota y la pérdida del invicto, Burdisso otra vez de cabeza le convertía. Tigre sufrió la expulsión de Gastón Díaz, jugó con diez hombres durante varios minutos y el técnico trató de no perder el partido, metió tres cambios que desarmaron al equipo. Juntó muchos delanteros, pero nadie llevaba la pelota y asistía a los de arriba y en el fondo. En cada contraataque, quedaba expuesto al segundo gol.

La caída libre comenzaba y fue un baldazo de agua fría el traspié ante Argentinos Juniors, por 2 a 1, en el José Dellagiovanna. Pero la derrota ante All Boys por 2 a 0, dejó a Tigre muy preocupado, fue un conjunto sin brújula dentro del campo de juego, que jamás entendió como se jugaba el partido.

All Boys sí que lo entendió y lo jugó como una final, metió, corrió y cuando pudo atacó. Tigre se quedó sin respuestas dentro y fuera del campo de juego, el “Vasco” se equivocó  en los cambios y no sacó provecho del hombre de menos que tenía su rival por expulsión de Sánchez.

Tigre cosechó su tercera derrota consecutiva, y si no pone un GPS y busca el camino del triunfo, seguirá transitando sin freno el rumbo de desaliento que lo acerca al Nacional B.

Al cierre de la edición, el Vasco Rodolfo Arruabarrena daba una conferencia de prensa y confirmaba su continuidad como técnico de Tigre.