Los argentinos tendrán un veranito “caliente” en aumentos

Las subas incluyen desde alimentos hasta servicios, como las prepagas y el transporte de larga distancia.

El verano espera a los argentinos con aumentos generalizados en una amplia variedad de rubros, que van desde los alimentos hasta la mayoría de los servicios privados, con la solitaria excepción de los servicios públicos para los clientes de bajo consumo.

En el último trimestre la mayoría de los analistas privados dieron cuenta de una aceleración de la inflación que ya se ubica en torno al 2% mensual y las perspectivas para los próximos meses son más preocupantes.

“Independientemente de la coyuntura, diciembre y enero son siempre meses de alta estacionalidad en materia de inflación, por el impacto de las fiestas y del rubro esparcimiento por las vacaciones, y si bien noviembre viene un poco más tranquilo en alimentos, para diciembre esperamos un suba en el índice en torno al 2,3%, similar a la de octubre. No hay riesgos de una espiralización, pero igual sigue siendo una inflación muy alta”, explicó Marina Dal Poggetto, economista del estudio Bein.

La aceleración de los precios, por su parte, funciona como un motor más que impulsa el consumo. “La inflación incentiva a consumir, con la idea de que lo que no se gasta hoy se pierde, y a la vez implica una pérdida constante de poder adquisitivo”, explica el economista Camilo Tiscornia, que proyecta para enero una inflación de entre el 2,5 y el 3 por ciento.

El mayor temor está puesto en lo que puede suceder con los alimentos y, más específicamente, con la carne. En la Secretaría de Comercio Interior aseguran que para las próximas semanas se espera un aumento en la oferta, de la mano de un ingreso de hacienda proveniente de los feedlots. En el sector, sin embargo, sostienen que el aporte del ganado criado en corral sólo está asegurado para lo que resta del año, mientras que para las primeras semanas de enero no se puede garantizar nada. “Los feedlots tienen carne para entregar hasta diciembre, pero a partir de enero puede haber faltantes. Además, tampoco se puede descartar una nueva suba debido a los incrementos que viene acumulando el ganado en pie. En el último año, la hacienda aumentó el 139% y la carne en el mostrador, sólo el 80%. La experiencia indica que las subas pueden tardar en llegar, pero siempre terminan en el precio al consumidor”, señaló el presidente de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes (Ciccra), Miguel Schiariti.

La carne tiene un peso muy importante en la dieta de los argentinos y, además, cualquier aumento de sus precios provoca un efecto contagio en el resto de los alimentos. La secuencia lógica es que, cuando sube la carne vacuna, se dispara la demanda de sustitutos como el cerdo, el pollo y el pescado, lo que en el corto plazo se traduce en subas de precios en sus rubros.

 

Otro de los frentes de preocupación oficial es el del transporte

Los pasajes de ómnibus de larga distancia registran un aumento del 10%, en el marco del acuerdo alcanzado por las empresas de transporte y el Gobierno. La buena noticia es que las firmas se comprometieron a mantener sus precios para lo que resta de la temporada estival. Los taxis porteños también volverán a subir a partir de febrero, cuando se empiece a aplicar un recargo del 20% en la tarifa nocturna. Se tratará del segundo aumento en pocos meses, ya que a mediados de octubre el gobierno porteño autorizó un alza del 26 por ciento.

El gran interrogante es lo que puede pasar con los colectivos, trenes urbanos y subtes. “Con excepción de enero de 2010, en los últimos años el Gobierno viene autorizando un aumento en las tarifas de transporte el 1° de enero de cada año, así que no sería extraño que en los próximos días se conozca un alza en colectivos, trenes y subtes”, explicó Tiscornia.

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