Más del 50% de los autos usa vidrios polarizados prohibidos

Los conductores se justifican diciendo que lo hacen por miedo a robos. Especialistas coinciden en que así hay más riesgos de accidentes por falta de visibilidad.

 

Por la inseguridad, cada vez más gente polariza los vidrios de sus autos, a pesar de que está prohibido. Así, según un relevamiento de una ONG, el 53% de los autos particulares y el 59% de los vehículos utilitarios tienen en sus parabrisas y lunetas una tonalización mayor a la permitida, lo que conspira contra la seguridad vial. El dato, al que tuvo acceso Clarín, surge de un estudio de campo realizado por Luchemos por la Vida.

Durante octubre, observaron 2.733 vehículos, 1.965 autos y 768 particulares. El relevamiento anterior lo hicieron en 2008, y había dado un 49% y un 52%, respectivamente.

Muchos eligen oscurecer los cristales por motivos estéticos, pero la mayoría lo hace por temor a los asaltos. De hecho, según quienes se dedican a la polarización, en los últimos años la enorme mayoría de los clientes son mujeres: “Tengo trillizos y mi temor más grande es que alguien me vea con ellos en el auto. Veo y me cuentan que las mujeres son más buscadas por los ladrones. Quise poner polarizado con sistema antivandálico simplemente para sentirme más segura”, afirmó Veruska Lumainsky.

En tanto, Ana Celauro, casada y sin hijos, agregó que “todos mis conocidos me aconsejaron para que polarizara el auto. Elegí un tono no muy oscuro, pero lo suficiente para que no se vea que voy manejando. Pero lo que mucha gente no entiende es que oscurecer los cristales implica un importante riesgo de producir accidentes viales, porque dificultan algo tan básico como tener una buena visual a la hora de manejar.

Según Luchemos por la Vida, los riesgos principales son cuatro: Disminuye la visibilidad del conductor, principalmente de noche, y sobre todo en las calles mal iluminadas.

Si un auto está polarizado, el conductor del vehículo de atrás no puede ver a través de los cristales del coche que está adelante, lo que le impide anticipar movimientos. Tampoco permite ver la conducta del que está manejando en el otro auto, por ejemplo si está distraído hablando por celular.

Dificulta el control de las autoridades, porque si el vidrio está muy oscuro el agente de tránsito no podrá ver, por ejemplo, si la gente tiene puesta el cinturón de seguridad o si viajan niños en el asiento de acompañante.

Por estos motivos, las normas lo prohíben. “La ley nacional de Tránsito N° 23.449, en su reglamentación, explica que el parabrisas puede tener hasta un 25% de transmitancia luminosa, y el resto de los cristales hasta el 30%. Así es como los autos salen de fábrica, pero luego la gente les hace poner los films que los oscurecen. No se entiende por qué si la ley está vigente no se la hace cumplir”, aseguró Alberto Silveira, titular de Luchemos por la Vida.

Deja una respuesta