Frente a las variadísimas situaciones de conflicto, crisis o, simplemente, inquietud que atraviesa la vida de todas las personas, el Programa de Salud Mental Barrial del Hospital Pirovano desarrolló una estrategia basada en el optimismo, la capacidad de autocrítica, la solidaridad y la confianza. Todos estos valores se integran en talleres cuyos participantes se reúnen a partir del deseo y la voluntad de enriquecerse mutuamente, ya que una de las frases principales del Programa es: “Nadie es tan pobre que no tenga algo para dar”. Los talleres son conformados por vecinos – y el coordinador es uno de ellos – dispuestos a compartir un espacio donde todos aprenderán de la experiencia del otro, sea gozosa o penosa. En su origen, el Programa buscó recuperar la cuestión de la vecindad, o sea experiencias comunitarias que sobreviven gracias a la honestidad, el sentido común, la confiabilidad y la generosidad.
Uno de estos talleres – que salen del hospital para conquistar espacios más saludables como confiterías, plazas, bibliotecas, clubes – ha llegado a la Biblioteca de Pacheco de la mano de Mirta Rodríguez. “Coordino talleres desde hace muchos años y ahora, como vecina de Pacheco, me propuse hacer uno aquí. Hablé con el coordinador general del Programa, Miguel Espeche, le pareció bien y empecé a buscar un lugar”.
El taller se llama Crecer en Salud, está dirigido a adultos de ambos sexos, aunque “por el momento sólo vienen mujeres, porque el hombre es un poco reticente, pero qué bueno sería poder escuchar su palabra”, manifestó Mirta. Es un espacio abierto “para que la gente diga lo suyo y sepa que, aún pensando diferente, podemos estar juntos. Esto da una gran tranquilidad”. Asimismo aclaró: “Nosotros no nos presentamos desde la enfermedad, porque eso implica quedarse en la queja y este programa apunta a potenciar a las personas”. En ese sentido, se trabaja con el concepto de que “la enfermedad no impide la salud”.
Si bien el taller coordinado por Mirta admite todos los temas, “esas cosas de la vida cotidiana que todo el mundo comparte”, recomienda que, para la elección de un taller, “se piense qué lo está atravesando a uno, puede ser la vejez, la separación, la discriminación”, sabiendo que a los otros les pasó algo parecido, entonces “uno se puede ver en espejo, esto es lo que tienen los grupos de autoayuda”.
Como la coordinadora es una vecina más, también ella puede contar sus cosas y, al terminar, todos salen “potenciados, animados, porque la idea es tratar de encontrar lo positivo, la potencia del sujeto para resolver dificultades”. Para todos los que quieran probar, los miércoles de 18 a 19.30 hs., hay un grupo que los está esperando.
En 1985, por iniciativa del Lic. Carlos Campelo, surgió el Programa de Salud Mental Barrial del Hospital Pirovano. El Programa parte de la definición de la Organización Mundial de la Salud: “La salud es un estado completo de bienestar físico, mental y social y no sólo ausencia de enfermedad”. Por esto, el Programa trabaja con la dimensión sana de la población, encontrando su fuerza generadora en la potenciación de los estados anímicos que favorecen la promoción de la salud.
En un principio, Campello propuso a los vecinos, que acudían al Servicio de Psicopatología, que desplegaran sus intereses y potencialidades en forma de talleres. Así se fue tejiendo una red de experiencias que redundó en la promoción de la salud de los vecinos que participaban en ella. Con el tiempo, más vecinos y profesionales de distintas especialidades se capacitaron como coordinadores y la red de talleres alcanzó el número de 400. Para conocer el listado www.talleresdelpirovano.com.ar
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