“Siempre tuve la certeza de que iba a ser artista, lo supe desde niña”, aseguró Valeria Lynch una vez terminada la clase que dio a las pequeñas alumnas de la Escuela de Comedia Musical que lleva su nombre, en Rincón de Milberg.
La cantante no sólo estaba interesada en observar a las niñas, también quiso escuchar las preguntas de padres y madres, porque ella sabe la importancia del acompañamiento familiar: “Para mí, el apoyo de mis padres fue muy importante, por eso yo siempre les digo a los papás, sobre todo de los más chiquitos, que es indispensable que la familia apoye a los chicos”.
Hace 17 años, Valeria decidió poner su propia escuela de comedia musical: “Cuando era chica, para formarme tenía que cantar en una academia, bailar en otra, actuar en otra. Yo quería ser artista de comedia musical, pero, para eso, tenía que ir a distintos lugares porque no había ninguna escuela que reuniera las tres disciplinas. Un día, en el 95, estaba en el gimnasio de Mariana (Letamendia) haciendo abdominales y le dije ‘Mariana, tengo ganas de poner una escuela’ y me respondió ‘ya la ponemos’. Y así fue”. Le pusieron tanto empuje al proyecto, que en la actualidad tienen 12 escuelas: “Trabajamos mucho el formato académico y llegamos a tener un superprograma para la formación de artistas. Seguimos abriendo escuelas porque hay mucha gente talentosa que tiene ganas de estudiar y desarrollar una vocación”.
Valeria reconoció que en lo que respecta a la enseñanza es autodidacta, pero cuando empezó a dar clases, se dio cuenta de que “tenía un montón de cosas para ofrecer. Me encantó la idea de transmitir mi experiencia a toda la gente que está en sus comienzos”. Indudablemente lo hizo muy bien, ya que algunos famosos, como Laura Esquivel (Patito Feo) o Álvaro Teruel, el 4to. Nochero, fueron alumnos de su escuela.
Asimismo, dijo con orgullo: “Los cuatro coros que tengo son ex alumnos de mis escuelas. Son cantantes fantásticos. Me encanta darles la oportunidad de subir a un escenario. Además enaltecen mi espectáculo”. Pero no sólo concurren a sus escuelas personas que quieren ser artistas, “también hay gente que busca algo espiritual porque la música tiene que ver con el alma. A veces hay gente que se posterga, por ejemplo mujeres que se casaron y se convirtieron en amas de casa o señores que no tuvieron la posibilidad antes. Estas escuelas también sirven para eso, para dar una oportunidad a esa gente que busca estar bien anímicamente”.
Y como muchas de esas personas, y seguramente también futuros artistas, la estaban esperando, Valeria tuvo que ponerse al frente de otro numeroso grupo de jóvenes y no tan jóvenes, que, ya con un precalentamiento, estaban ansiosos por escucharla y verla, así como es ella, dinámica, alegre, vivaz.
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