Dos policías de la Bonaerense fueron desafectados en forma preventiva por la muerte de un hombre de 60 años, que recibió un tiro en la frente al quedar en medio de un tiroteo con delincuentes en una villa de Don Torcuato.
La medida fue adoptada por la Dirección de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad de la provincia, hasta que se establezca si la víctima falleció a raíz de una bala policial o de los ladrones.
El hecho se produjo el sábado, alrededor de las 19, cuando dos asaltantes de entre 17 y 20 años le robaron un auto Renault 19 a un remisero que circulaba por Asunción y José Hernández, en Don Torcuato. Tras escapar con ese vehículo, advirtieron que un hombre llegaba a su casa con un Alfa Romeo, por lo que abandonaron allí el Renault y escaparon en el otro vehículo, con su dueño como rehén. Una hora después se inició una persecución, en la que los ladrones dispararon contra la policía.
Fuentes de la investigación dijeron que los efectivos también efectuaron disparos disuasivos ante la sospecha de que el dueño del auto se hallaba dentro del vehículo.
Finalmente, los delincuentes detuvieron su marcha frente a la villa San Jorge e ingresaron al asentamiento a la carrera, donde finalmente lograron esconderse.
En medio del tiroteo, un parroquiano que se hallaba dentro de un bar y pool del barrio salió del local para ver lo que ocurría y recibió un tiro en la frente.
El hombre, identificado por la policía como Julio Villanueva (60), cayó malherido y fue auxiliado por los mismos efectivos que participaban de la persecusión, quienes lo trasladaron al Hospital de General Pacheco, donde agonizó durante casi dos días y murió el lunes 18 por la tarde.
Al ver lo que había ocurrido con Villanueva, los vecinos de la villa San Jorge se concentraron frente al destacamento de la Policía Buenos Aires 2, ubicado en la avenida Del Trabajo al 1300 de Don Torcuato, para exigir el esclarecimiento del hecho.
A partir de la muerte del hombre, la causa se desdobló en dos: la fiscalía de turno de Tigre quedó a cargo de la causa por el robo de los autos, mientras que el crimen de Villanueva pasó a ser investigado por la fiscalía Nº1 de Pilar, a cargo de Marcos Peterson Victorica pero subrogada durante la feria judicial por Gonzalo Acosta.
La división se produjo porque hay una disposición de la Procuración General bonaerense que ordena que cuando hay policías presuntamente involucrados en un homicidio, el expediente debe pasar a otra jurisdicción. De lo contrario, serían investigados por algún fiscal con el que habitualmente trabajan como auxiliares.
En la causa que lleva adelante Acosta, el fiscal ordenó el secuestro de las armas que los policías portaban al momento del operativo y la autopsia del vecino, cuyo resultado aún no se conoce.
Un vocero explicó que en caso de que se pueda extraer el proyectil del cráneo se realizará un peritaje para determinar si la bala que mató al hombre pertenece a alguna de las pistolas 9 milímetros de los policías.
Voceros del Ministerio de Seguridad bonaerense explicaron que mientras tanto, los dos uniformados que intervinieron en el tiroteo fueron desafectados de sus funciones por orden de la Dirección de Asuntos Internos de esa cartera, a cargo de María Alejandra Provítola.
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