
Como consecuencia de la histórica desigualdad de género existente en nuestra sociedad, en las últimas décadas han surgido muchos colectivos de mujeres. Uno de los más recientes es Mujeres de la Matria Latinoamericana (MuMaLá), que incluye a “mujeres que vienen de Las Juanas y nuevas compañeras con experiencia social y política”, indicó la Lic. Lucila Soma, referente de MuMaLá en zona norte.
Para empezar, Lucila aclaró que, al hablar de mujeres, no se refieren únicamente al sexo femenino: “Tenemos una mirada más amplia de la identidad de mujer. Buscamos incluir a esas mujeres que, sin ser del sexo femenino, se consideran tales. Además, pensamos a la mujer sin distinción de clase, porque no hay distinción en la situación de nuestra vulnerabilidad. Aunque seguramente las compañeras más humildes sufren más que aquellas de sectores medios o altos, todas sufrimos la dominación masculina”.
Para quienes necesitan de las estadísticas, en Argentina muere una mujer cada 36 horas víctima de violencia de género.
Dado que el concepto “patria” está unido a “patriarcado”, sistema de dominación machista, esta agrupación se atreve a una nueva denominación: “Nosotras creemos que, desde el lenguaje, es posible una transformación de la sociedad. No es el único elemento, pero sí uno de los que ayudarían a construir una sociedad más justa y más igualitaria”.
Por último, el término “latinoamericana” se incluye porque “muchas compañeras provienen de países limítrofes. Además, no sentimos que haya diferencias con las mujeres del resto de los países latinoamericanos”.
Ejes de trabajo
En estos momentos MuMaLá está trabajando para “la aprobación de la modificación de la ley de trata, que se está discutiendo en el Senado. Actualmente, para que haya trata de mujeres adultas tiene que mediar el engaño; para las menores, no es necesario que medie el engaño, sólo con que haya un tercero explotando sexualmente a una menor, se considera trata. Para cada caso, hay una pena distinta. Nosotras sostenemos que hay que eliminar esa distinción, que la explotación sexual por terceros ya debería ser considerada trata y que las penas deberían ser iguales”. Lucila agregó que “sin complicidad policial, judicial y política no hay trata. Estimamos que no hay una política activa contra las redes de trata”.
Otro de los temas que las ocupa es la aprobación de la ley de interrupción voluntaria del embarazo: “Nuestra consigna se basa en poder decidir sobre nuestro propio cuerpo”.
Las estadísticas indican: 70.000 mujeres por año llegan a las guardias de los hospitales públicos por complicaciones post aborto; cada dos días muere una mujer por aborto clandestino; se realizan por año alrededor de 500.000 interrupciones voluntarias del embarazo; el aborto clandestino es un negocio que mueve 1.200 millones de pesos al año.
“Las que mueren son siempre mujeres de sectores populares que no pueden acceder a clínicas donde se realizan los abortos de forma segura. Esas mujeres pobres, cuando el aborto les deja alguna secuela, son las que recurren a los hospitales públicos y con ellas se construyen las estadísticas”.
Un eje de trabajo histórico es la violencia contra las mujeres: “Es una realidad cotidiana. Una gran parte es violencia doméstica, pero hay otra que tiene que ver con la situación de subordinación en que están las mujeres”, por lo cual también es necesario trabajar para que ellas mismas no acepten situaciones de violencia.
Esta problemática tiene muchas aristas y una de ellas es la dificultad que tienen las víctimas para acceder a la justicia; también en ese ámbito se busca que se aprueba la figura del femicidio.
Lucila insistió en la necesidad de dictar la emergencia nacional por violencia de género porque “eso ayudaría a aumentar el presupuesto para trabajar en programas de ayuda a la víctima”.
Relacionó también a la violencia de género con los medios masivos de comunicación que utilizan a la mujer como objeto sexual: “Nosotras hicimos una denuncia contra el programa de Tinelli que justo coincidió con el desnudo de Silvia Fernández. Nos respondieron que multaron al programa porque el desnudo había sido fuera del horario de protección al menor, no por el desnudo en sí mismo! Nosotras creemos que debería haber cierto control sobre los medios de comunicación en relación a la discriminación de género, porque, cuando esta imagen se replica en otros programas en horarios en que el menor no está protegido, lo único que se hace es tapar las partes íntimas de la mujer, pero su exposición como objeto sigue estando presente”. Destacó, además, que “en estos programas, la mujer aparece en una situación prostituyente”.
Uno de los lemas a los que adhiere MuMaLá es “sin cliente no hay trata”.
Primer Encuentro Nacional de MuMaLá
El 21 y 22 de julio se realizó en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, un encuentro que convocó a más de 500 mujeres. “Para reivindicar nuestro nombre, contó con un panel de apertura latinoamericano. Hubo talleres sobre comunicación no sexista; historia y participación social y política; género, cultura y arte. Desde luego, sobre violencia de género, interrupción voluntaria del embarazo y trata”.
Uno de los talleres más concurrido fue el de salud reproductiva: “En los barrios, nuestras compañeras están relevando las dificultades que tienen muchas mujeres para acceder a las instancias de prevención; lo que se advierte es la necesidad de tener más información sobre el uso del misoprostol, que es utilizado por las mujeres de menores recursos”. También se debatió sobre la situación laboral de la mujer y el tema del cupo, “ya con el 30 no nos alcanza, la idea es ir por el 50%”.
El encuentro tuvo dos objetivos principales: uno, compartir experiencias, y entre ellas se destacó el trabajo que se realiza con mujeres privadas de su libertad en Rosario; el otro, coordinar acciones futuras sobre los temas que preocupan a la mayoría de las mujeres.
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