Una caminata silenciosa

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El Municipio de San Fernando tiene una deuda con las personas con discapacidad. Desde la agrupación De Corazón Azul TEA San Fernando impulsan poner en agenda el tema de la discapacidad. Tienen un proyecto para la creación de un centro de atención integral para personas con déficit en el neurodesarrollo y otras discapacidades. Para contactarse, Facebook De Corazon Azul TEA San Fernando.

        En una caminata silenciosa desde plaza Colón a plaza Mitre, en San Fernando, el 1° de abril, la agrupación De Corazón Azul TEA San Fernando visibilizó la problemática del autismo. Desde hace 7 años accionan para que el tema sea parte de la agenda del ejecutivo municipal. “Alzamos la voz por los derechos de nuestros hijos. Queremos que este tema se ponga en agenda porque es muy fácil sacarse una foto el 2 de abril, pero después no hacer nada”, expresó Gisella Ruiz, integrante de la agrupación y mamá de Valentino, quien, a los 3 años recibió como diagnóstico que no hablaría, no caminaría y no podría hacer muchas cosas que actualmente, con 13 años, sí hace porque sus padres no se sintieron derrotados y comenzaron a buscar terapias y “hoy hace una vida común con algunas cosas que le cuestan un poco más”.

        Una de las cosas que más cuesta sobrellevar y más duele a los familiares es la mirada del otro, por esto el trabajo constante de sensibilización sobre este tema, cuyo paradigma se ha ido modificando. “El autismo no es una enfermedad, es una condición, una manera diferente de procesar la información, de ver la realidad y de comunicarse. Ahora se habla de neurodiversidad y todos los seres somos neurodiversos”, sostuvo Gisella.

        En cuanto a la comunicación, para quienes dicen que las personas con autismo no se comunican, la entrevistada aclaró: “Sí se comunican, serán los cuidadores los que determinen cómo lo hacen. Mi hijo, cuando todavía no hablaba, se comunicaba a través del dibujo”. Para Gisella Ruiz “hay que ver el autismo desde otro lugar, hay que aceptarlos directamente, no buscar la cura”.

        La escuela es la institución a la que siempre se le pide colaboración y compromiso, pero, para esto, necesitan tener más personal. “Las (escuelas) 500 no dan abasto. En muchos casos los nenes sólo van 40 minutos y con 40 minutos por día no se hace nada. Y además ese ir y venir es desgastante”, aseguró esta mamá que pasó por distintas experiencias educativas, por eso remarcó que “las políticas educativas inclusivas son de la boca para fuera. En la actualidad, en lugar de inclusión se está hablando de convivencia”.

        Como en el Municipio de San Fernando no existen cifras oficiales sobre discapacidad, la organización que integra Gisella Ruiz hizo una encuesta informal y concluyeron que, por cada manzana, hay una persona con discapacidad. En cuanto a los servicios de salud, Ruiz especificó: “El nuevo hospital municipal no tiene nada de salud mental. El servicio del barrio Aviación no funciona ante una emergencia. En el centro de rehabilitación municipal hay lista de espera. La junta de discapacidad atiende martes y viernes y el resto de los días ¿qué hacen? Entregan el certificado de discapacidad después de una semana, teniendo el papel moneda para imprimirlo y entregarlo en el momento”.

        Para que el servicio se adecue a las reales necesidades de los sanfernandinos, De Corazón TEA San Fernando está juntando firmas para un proyecto de ordenanza para la creación de un centro de atención integral y rehabilitación para personas con déficit en el neurodesarrollo y otras discapacidades. “Esperamos que el día que presentemos el proyecto no lo encajonen, que lo traten y lo aprueben por unanimidad porque es muy importante”, dijo Gisella y destacó que “hay distritos como Tigre que tiene el Frida Kalo que es excelente; en Vicente López trabajan de manera súperinclusiva. En San Fernando, en cambio, está todo pintado muy hermoso, pero es una ciudad sin contenido”.

Por Mónica Carinchi

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