Una feria de San Fernando que cada sábado apuesta al consumo responsable

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Unas 8.000 personas visitan cada mes una feria de productos orgánicos que se abre todos los sábados en una estación de tren de la localidad de San Fernando, una oferta que crece “en forma constante por la adhesión al consumo responsable y al desarrollo local”, informaron los organizadores.

 

Llegando a la estación San Fernando (del Tren de la Costa, sobre uno de los andenes, asoman cada sábado tentadoras frutas, verduras, hortalizas y legumbres orgánicas; quesos, panes integrales y dulces de estación. Además, hay puestos de comida meditarránea, hindú, macrobiótica, productos del Delta, pastas integrales, algas, tofu, humus, quinoa y pollos pastoriles (denominación que le dio el CENASA por estar alimentados con maíz y en el campo), entre otros productos que se caracterizan por “el precio justo”, dijo Angie Ferrazzini, de la ONG Sabe la Tierra, impulsora de la iniciativa.

“Buscamos que estos mercados surjan en los barrios para el desarrollo local, y que sean un espacio válido tanto para los pequeños productores como para los vecinos que se interesan por este tipo de alimentos de primera calidad y a un precio justo”, explicó.

Sabe la Tierra dio vida al mercado del mismo nombre hace más de dos años y hoy cuenta con 40 puestos de alimentos orgánicos y comida; y otros 20 de diseño. “Los precios de muchos productos son más bajos que los que tenemos que pagar en el supermercado porque no hay intermediarios”, excepto algunos especiales, como el aceite de oliva, que – en su tipo – no es comparable a los que ofrecen en las góndolas.

Según Ferrazzini, la propuesta – que se replica en distintos puntos del país, en el marco de una economía social desde hace algunos años -, busca darle a los productores herramientas para que puedan hacer lo mismo en sus respectivos lugares.

“En Sabe la Tierra, dijo, buscamos la formalidad, que es la manera de sostener responsablemente una propuesta colectiva como ésta. Por eso nuestros productores pagan su monotributo social, y los impuestos municipales”, dijo la integrante de Sabe la Tierra.

Hoy, la feria triplicó el número de productores desde que se formó y su crecimiento “es el reflejo de una mayor demanda de productos orgánicos y naturales en el mercado interno, señaló, y el público que más asiduamente concurre a la feria de 10 a 18 son familias, jóvenes, chefs y vecinos de la zona, que “incorporaron al mercado como el lugar donde hacer sus compras y tomar contacto con los productores. La frecuencia semanal permite un real cambio de hábitos en el consumo”, explicó Ferrazzini.

“Sabe la Tierra no es solamente un espacio de compraventa, es un lugar que invita a animarse a incursionar en una alimentación más saludable. Es un ámbito donde la relación humana se pone de manifiesto y donde los procesos y las personas son más importantes que los productos en sí mismos”, explicó.

El lema de la ONG es “consumir menos y mejor y producir respetando las personas y el medio ambiente”, agregó Ferrazzini, quien además de dirigir Sabe la Tierra es Comunicadora Social.

Por la buena demanda de productos orgánicos, “pronto replicaremos el modelo en dos nuevos espacios en la zona”, afirmó la emprendedora.

Sabe la Tierra puso en marcha este año un programa educativo para centros de educación infantil, primaria y secundaria, en el marco de una serie de actividades que planea el municipio. “La idea es explorar posibilidades de cambio y generar acciones concretas de desarrollo sostenible, con el objetivo de instalar en la comunidad hábitos de vida y de consumo responsable, ambiental y saludable”, explicó Ferrazani.

En esa línea, se organizó un “consejo de niños” para que funcione cada dos semanas en el mismo mercado con la idea de recrear la propuesta educativa, recreativa, de encuentro, de economía social y de promoción de la sustentabilidad.

Para los interesados en saber cómo sumarse a la feria o abrir nuevos mercados en sus barrios ingresar a www.sabelatierra.com

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