Entre Tigre y San Fernando, allá por el año 2012, un día, entre controles médicos, tuvimos la noticia que un tumor maligno en la vejiga debería ser extirpado y no sólo éste, sino también el órgano. Fue movilizante para él como para nosotros, imaginar cómo sería eso.
Una cirugía llamada cistoprostatectmia, consiste en quitar la vejiga y realizar una urostomía, en simples palabras, colocar una bolsa conectada a un estoma, hacia la parte urinaria para seguir viviendo así el resto de su vida.
Fueron días, semanas y meses difíciles, con una recuperación buena, pero lenta. El proceso, el cambio, una nueva vida. Casi sin darnos cuenta, se convirtió en el ejemplo e inspiración aferrado a la Fe, a la naturalidad del día a día, volvió a subir a su bicicleta, a dar vueltas por Paseo Victorica, nuestra amada costa, privilegio y pulmón de Buenos Aires; hacer compras en Santa María y retomar sus herramientas y hacer todo tipo de arreglos e inventos.
Y hoy, a sumarse a una maratón de 3 k bajo una temperatura de 5 grados, levantándose 6:30 hs. para participar con alegría y fervor en su “River Plate”, hincha del millo.
El nos pintó de esos colores, como familia, entre la radio y la tv, escuchando tus gritos de gol. Hoy quiero gritar el gol más importante de una historia de vida que me llena de conmoción y me sacude el alma. Sí se puede apostar a la vida, vencer y creer, con perseverancia y constancia, vos me lo demostraste y me enseñaste siempre con la verdad y humildad.
Te amo y honro. Gracias a Dios, al Dr. Pablo González Granda, al Sanatorio Colegiales, a Osecac, Coloplast, Pacientes – ostomisados, Vida y Salud
Erika Yumaki
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