Karate-do: un estilo de vida
El sensei Ricardo Silva coordina el Dojo Tigre, un nuevo espacio para la práctica del karate tradicional. Tiene una propuesta novedosa: incluir en las clases a personas con capacidades diferentes. Para informarse: concurrir al Club Tigre Juniors (Cazón 646) los miércoles, viernes y sábados por la tarde.
Para encontrar el origen del karate-do hay que retroceder varios siglos en la historia de Japón, especialmente en momentos en que se prohibieron las armas por edictos gubernamentales, entonces “los pescadores y labradores, que sólo tenían sus instrumentos de trabajo, comenzaron a desarrollar este arte que es para la defensa personal, fue hecho para la guerra”, explicó sensei Ricardo Silva, responsable del Dojo Tigre que funciona en el Club Tigre Juniors (Av. Cazón 646). Pero inmediatamente agregó: “El karate no es sólo aprender a patear o hacer una llave, es mucho más que eso, es aprender respeto, autocontrol, perfeccionar el carácter, reprimir la violencia, ser cortés, leal. Estas son las reglas del karate tradicional que es el que nosotros practicamos”.
Bajo estos conceptos, Ricardo practica karate desde hace 20 años, “empecé a los 19 años y me apasioné tanto que he llegado a levantarme a las 3 de la mañana para leer porque en un sueño me había olvidado un movimiento”. Silva pasó un año en Japón perfeccionando sus conocimientos de karate y aprendiendo japonés. Actualmente tiene el proyecto de traer – junto con el shijan Román Mendoza – al sensei Felipe que “es un gran maestro venezolano”.
El grupo que se ha formado en Tigre está constituido por practicantes de ambos sexos y de edades muy variadas; el alumno que se destaca es Iván, un niño de 4 años que “promete, ya se lo dije al padre, porque saca bien los golpes. Un día llegué a mi casa y vi que tenía los puñitos de Iván marcados en el estómago. Me deja marcas porque sabe bien la técnica”, dijo con orgullo sensei Ricardo.
El sábado 17 de abril todo el grupo del Dojo Tigre hizo una exhibición al aire libre. Allí participaron, además, practicantes del dojo de Ezeiza, donde también dio clases Ricardo. Estos invitados causaron un asombro especial ya que eran disminuidos visuales, ciegos y discapacitados mentales. “No entiendo por qué se sorprenden, son personas que tienen dos manos y dos pies; si se entrenan y son constantes, pueden hacer lo mismo que un practicante sin discapacidad”, señaló Ricardo, que en este aspecto está apoyado por su esposa, María del Carmen Galante, profesora de retardo mental. “Tristemente, algunos papás piensan que sus hijos no pueden practicar karate, pero deben saber que para esta disciplina no hay edad, ni sexo ni discapacidad. Los chicos especiales tienen una fuerza instintiva y el karate les puede permitir que aprendan a controlarla”, aclaró María del Carmen.
La experiencia de Ricardo en el trabajo con personas discapacitadas es muy vasta y está colmada de satisfacciones, por eso se ha propuesto armar aquí “en Tigre, un grupo de personas con capacidades diferentes, nuestro mayor logro sería poder transmitir este conocimiento”.
Todos aquellos que quieran participar de una clase, pueden acercarse los miércoles y viernes a partir de las 19 hs. y los sábados desde las 16 hs. al Club Tigre Juniors (Av. Cazón 646).
Las clases de sensei Ricardo duran dos horas. Se comienza con el calentamiento (se corre y elonga para evitar lesiones), luego se realiza el arte básico (bloqueos, movimientos, posturas), después se pasa a la práctica de golpes por parejas, finalmente se hace actividad física (sogas, elásticos para fortalecer las piernas).
Niños y adultos entrenan juntos y en un momento se separan porque a los adultos se les enseña defensa personal. “La defensa personal no es lo que se ve en las películas, es para desalentar un ataque y salir corriendo. A las chicas se les enseña a salir de situaciones de violencia, de violación porque se les enseña a pegar en sitios específicos: sitios blandos, cuello, ojos, hombros, rodillas, dedos”.
A los más pequeños se les enseña a gritar, porque “si alguien los agarra, les enseñamos a hacer una técnica para liberarse y salir corriendo, gritando”. Próximamente, el shijan Román Mendoza coordinará una muestra de defensa personal femenina.
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