La revolución de Tigre siendo el primer campeón descendido de la historia del fútbol argentino. Ante Boca, festejó la obtención de la Copa de la Superliga. En poco más de dos meses jugará en la B Nacional.

        Tigre revolucionó el fútbol argentino siendo el primer descendido de la historia en coronarse campeón de Primera antes de su próximo destino, la B Nacional.

        Tigre se consagró campeón tras un año que no venía siendo el mejor en cuanto sus rendimientos. Descendido de la Superliga a la B Nacional, tuvo la posibilidad de jugar la Copa de la Superliga y, tras afianzar su juego, salió campeón y el próximo año jugará la Copa Libertadores.

        Durante muchos años, los equipos descendidos no tenían la chance de seguir jugando una Copa de carácter nacional antes o durante su estadía en el Ascenso. Fue Tigre, en 1958, el primero en vivir esta situación particular. Y hasta 2010, sólo cinco equipos pasaron por lo mismo.

        En cambio, desde la incorporación de la Copa Argentina en 2011/12 se multiplicaron los casos. Pero ninguno logró dar la vuelta olímpica. Con los cuatro descendidos de la última Superliga, totalizan 28 los casos en la historia. Tigre lo logró, pero los otros tres descendidos siguen también en carrera en la actual Copa Argentina: San Martín de San Juan, San Martín de Tucumán y Belgrano de Córdoba.

Palabras de los campeones

        Los protagonistas no pudieron ocultar su alegría y una vez terminado el encuentro estalló en alegría. Fue un año raro para el conjunto de Victoria que empezó de manera negativa y luego fue creciendo y terminó demostrando un gran nivel, pero no le alcanzó y el promedio decidió su descenso. Pero esta Copa le dio la oportunidad de redimirse y por eso la alegría, la euforia y la unión de grupo terminó demostrando que el equipo merecía esta consagración.

        Cavallaro dijo: “Increíble, lo merecíamos por como veníamos jugando en la Copa. Es importante este título y para mí es especial. Vengo de una lesión en la rodilla y este es un premio por no bajar los brazos. El esfuerzo del equipo, todo lo que hicimos desde que llegó Gorosito, es una alegría enorme”.

        Prediger expresó: “La mayor felicidad después de todo lo que vivimos. Jugamos muy bien al fútbol. Es un grupo excelente. Ledesma también es parte de esto. Todos los jugadores tuvieron una calidad individual espectacular durante la copa y este partido en particular Pipo nos hizo un equipo fuerte, demostramos ser justos campeones”.

        Federico González, el goleador de Tigre, añadió: “Veníamos de un trago amargo a jugar la copa. Fue duro, pero a lo largo de esta copa demostramos que somos un gran grupo”.

        Pipo Gorosito, el entrenador de Tigre no ocultó su alegría tras la consagración y celebró la unión del equipo. Pero también apuntó contra el sistema de promedios y como su invento sirve para favorecer a los más ‘poderosos’. “Es lindo, una alegría salir campeón con un grupo de muy buenos pibes. El segundo tiempo el inconsciente nos hizo tirarnos más atrás, el primer tiempo arrancamos más o menos, pero después levantamos”, opinó acerca del partido.

        En cuanto al promedio, fue claro: “Son todos lo inventos de los argentinos. En todo el mundo es al revés. Nosotros queremos inventar cosas y en todo el mundo esto no pasa, todo para sacar ventaja. El promedio se hizo para sacar ventaja entre los poderosos”.

Historia Matadora y de otras instituciones

        En 1958, durante la disputa del Mundial de Suecia, para mantener en competencia a los clubes la AFA instituyó la Copa Suecia. El rápido regreso de Selección complicó el calendario. Los equipos estaban divididos en dos zonas y la última fecha de ambas zonas se jugó tras la finalización del torneo.

        Tigre, descendido, estaba cuarto en la zona y debía jugar con Newell’s, segundo a tres puntos de Racing. Como al equipo rosarino no podía alcanzar ni con un triunfo a la Academia, primero en la zona,  el partido con Tigre nunca se jugó. La final se jugó a comienzos de 1960 y Atlanta se consagró campeón frente a Racing.

        A partir de 1967 se incorporó el torneo Nacional, que hasta 1981 siempre se jugó después que el Metropolitano. En 1972, Lanús y Banfield, descendidos, jugaron el Nacional. El Taladro finalizó séptimo en su zona, y el Granate, noveno. Después, en 1976, San Telmo, tras bajar a la B, jugó el Nacional, pero fue último en su zona. Y en 1980 solo uno (Quilmes) de los tres que bajaron (Tigre y All Boys) disputó el Nacional. En 1981, San Lorenzo fue el primer grande en descender. Aún así, participó del Nacional que ganó River. El Ciclón fue cuarto en su zona.

        Desde la temporada 2011/12 todos los descendidos jugaron la Copa Argentina como equipos de Primera, a excepción de 2015 en la que Chicago y Crucero del Norte ya habían quedados eliminados antes de bajar a la B Nacional. Dos clubes estuvieron cerca de dar el batacazo.

        El primero fue Argentinos Juniors, que llegó a las semifinales de la Copa Argentina en la temporada 2013/14. El Bicho descendió en mayo de 2014, pero ya estaba preclasificado como equipo de Primera para la Copa. Su participación en 16avos de final comenzó el 25 de julio, día en que eliminó por penales a Gimnasia tras igualar 0-0 en los 90 minutos. Mientras jugaba en la B Nacional, con Juan Román Riquelme en su plantel, siguió avanzando en la copa: 1-0 a Racing en octavos y 1-1 (5-4) con Estudiantes de Buenos Aires en cuartos. En la semi, perdió 5-0 con Central.

        El otro semifinalista fue Temperley el año pasado. El Celeste perdió la categoría en mayo de 2018. Al igual que Argentinos en 2012, jugó la Copa Argentina como equipo de Primera. Arrancó su participación el 27 de julio, en los 32avos de final: empató 1-1 con Estudiantes de Buenos Aires y pasó por penales. Y mientras disputaba el torneo de Segunda, continuó su camino en la Copa: 4-0 a Maipú en 16avos, 2-0 a Argentinos en octavos y 1-1 (4-1) con San Lorenzo en cuartos. En la semifinal, igualó 1-1 con Central y perdió por penales 4-2.

        El fútbol siempre depara sorpresas, y este Tigre de Pipo Gorosito sorprendió a todos demostrando que nada es imposible.

Fuentes: Nación y Clarín