Después de 18 años, volvieron los dedos en V. Entusiasmado con la política de Perón desde la Secretaría de Previsión y Trabajo, inmediatamente se unió a sus filas. Su recorrido político. Su exilio en la embajada de México. Su muerte lejos del país.
Después de 18 años de proscripción, el peronismo -integrando el FreJuLi- participó de las elecciones presidenciales del 11 de marzo de 1973. Con una diferencia de más de 3 millones de votos en contra, Ricardo Balbín (candidato de la UCR) desistió de pasar al balottage. De esta manera, con el 49,5% de los votos, Héctor J. Cámpora se convirtió en el presidente de los argentinos.
El 25 de mayo, Lanusse le tuvo que entregar los atributos presidenciales en el Congreso de la Nación, donde volvieron a alzarse los dedos en V. En el discurso que dirigió al Congreso Nacional, Cámpora expresó: “Creo importante señalar que las condiciones en que el Movimiento Justicialista asume las responsabilidades del gobierno son bastante similares a las que encontró el General Perón el 4 de junio de 1946. El pueblo argentino se hallaba postrado por la injusticia social, la dependencia económica y la marginalidad política. Un régimen antinacional, aliado a los imperialismos dominantes, había dominado la cosa pública con displicencia extranjerizante. Las principales herramientas del poder económico volcaban nuestra riqueza allende los mares, hacia otras latitudes, mientras el campesino y el obrero argentinos, que eran sus creadores, vegetaban en la miseria sometidos al capricho de patrones feudales. (…) La intriga que comenzó al día siguiente del triunfo popular del 46, logró sus designios al cabo de 9 años y truncó una revolución incruenta que trajo la felicidad para nuestro Pueblo y cimentó las bases de la grandeza nacional. (…) El país, inerme, contempló la instauración de todas las formas posibles de burla a la voluntad popular: interdicciones, inhabilitaciones, anulación de elecciones, prepotencias y golpes de Estado (…). En nombre de la libertad fueron encarcelados miles de argentinos. Invocando la justicia se invirtió la prueba y cualquier irresponsable podía acusar a un ciudadano honorable sin preocuparse por fundar sus cargos. Comisiones investigadoras ilegales actuaron como tribunales especiales guiadas por rencores y mezquindades. Honras y bienes fueron sometidos a la arbitrariedad y al capricho…”.
Entre la multitud que colmó la Plaza de Mayo, se encontraba el padre Mujica, al lado de su pueblo.
Un hombre leal
Cámpora nació en 1909, en Mercedes, provincia de Buenos Aires. Allí cursó sus estudios secundarios y se destacó como líder entre sus compañeros.
Ya recibido de odontólogo se radicó en San Andrés de Giles donde se casó y tuvo dos hijos. Entre 1944 y 1945 fue intendente de la ciudad.
En 1946 fue elegido diputado nacional, siendo entre 1948 y 1952 presidente de la Cámara. En el 48 fue convencional constituyendo y en 1951 fue reelegido diputado nacional.
Los golpistas del 55 lo encarcelaron, primero en el penal de Ushuaia y luego en la cárcel de Río Gallegos. Allí se encontró con John William Cooke, Guillermo Patricio Kelly, Jorge Antonio y otros compañeros peronistas. En marzo del 57, juntos protagonizaron una espectacular fuga hacia Chile.
Cámpora tardó en regresar al país. Durante el gobierno de Illia fue elegido concejal en su pueblo, San Andrés de Giles.
Perón lo eligió como su delegado personal, en 1971, ocupándose por lo tanto del retorno del General, que se produjo, por primera vez, el 17 de noviembre de 1971.
Dado que las cláusulas establecidas por el gobierno militar impidieron que Perón se presentara como candidato a presidente, el viejo líder político eligió a Cámpora para ocupar ese lugar.
Habiendo ganado las elecciones, Cámpora asumió el 25 de mayo de 1973. Ese mismo día, por la noche, el pueblo militante exigió que el FreJuLi cumpliera con su promesa electoral: liberar a todos los presos de la dictadura. Así se hizo.
El fervor político de aquel entonces hizo que la “primavera camporista” durara 49 días. La renuncia de Cámpora abrió el camino para una nueva elección presidencial que ganó Juan Domingo Perón.
Cuando el 24 de marzo de 1976 las fuerzas armadas se apoderaron del gobierno, inmediatamente salieron a la caza de los principales referentes del peronismo, entre ellos Héctor Cámpora, que logró exiliarse en la embajada de México. Su salud se fue deteriorando y, en 1979, fue atendido, dentro de la embajada, por un médico que indicó una urgente operación. Se solicitó a las fuerzas armadas su salida del país por razones humanitarias. La junta militar permitió que fuera operado, tres meses después, en el Hospital Italiano, en medio de un operativo policial injustificado. Cuando los militares se aseguraron que tenía un cáncer incurable, le dieron el salvoconducto para dirigirse a México, donde murió pocos meses después.
Héctor José Cámpora es recordado como un hombre leal. Sus restos, expatriados en 1991, descansan en el cementerio de San Andrés de Giles.
Por Mónica Carinchi
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