Las autoridades de Las Conchas adhirieron al primer gobierno patrio que se constituyó el 25 de mayo de 1810, y las medidas adoptadas por la Junta Gubernativa para sofocar los actos de insurgencia también tuvieron consecuencias en el pueblo. Martín José Goyechea fue uno de los vecinos aprehendidos y penados por atentar contra la patria. Siendo un pueblo costero y ubicado estratégicamente, Las Conchas además sufrió permanentes ataques de corsarios españoles que perturbaban su tranquilidad cometiendo saqueos e incendios. Así nació el regimiento de “Colorados de las Conchas”, una milicia popular para la protección del vecindario. Era un lugar difícil para habitar, asediado por los españoles y las mareas.
Ante los hechos de la Revolución de Mayo de 1810, las autoridades del pueblo de Las Conchas constituidas por Domingo Lima, alcalde de la Santa Hermandad; -que era la primera autoridad del Partido-, José de la Peña, comandante del resguardo y José Bolaños, comandante militar, adhirieron a la formación del primer gobierno patrio.
Con fecha 27 de mayo, la Junta Gubernativa de Buenos Aires envía a las autoridades de Las Conchas un oficio con instrucciones, y una semana después, José Bolaños respondía: “Exmo. Señor. Con fecha 27 del próximo pasado he recibido los impresos de mi instrucción en punto a la instalación de la respetable Junta Gubernativa establecida con tan juntos motivos en esa célebre capital, y el oficio en que V.E. se digna hacerme el honor de confiarme en el que en la jurisdicción de mi mando haga llegar a debido efecto las respetables y sabias determinaciones de V.E. en cuyo desempeño pondré mi mayor conato correspondiente a esta confianza y a los empeños y vivos deseos que me animan de servir con utilidad al Estado y a mi patria”[1].
Otra de las medidas del gobierno patrio sobre Las Conchas fue que su Comandancia Militar, que desde febrero de 1806 había sido separada de la de San Fernando, a partir del 3 de agosto de 1810 es incorporada a la de este último pueblo quedando el Teniente Coronel Carlos Belgrano[2] a cargo de ambas comandancias.
Martín José Goyechea, un rebelde respetado en Las Conchas
A partir de la Revolución de Mayo, distintos sectores insurgentes trataron de conspirar contra el nuevo gobierno, ante lo cual la Junta Gubernativa tuvo que adoptar decisiones para sofocar todo intento de desestabilización. Una de estas medidas consistió en desterrar el interior del país a los españoles más rebeldes “por perjudiciales a la tranquilidad pública”. En el caso de Las Conchas, los vecinos Mariano Romero y Martín José Goyechea fueron confinados a la Provincia de San Luis. Este último era un vecino español que había tenido una destacada actuación durante los episodios de las invasiones inglesas de 1806, tanto aportando ayuda en el desembarco de Santiago de Liniers en Las Conchas, y por haber sido el responsable de formar una compañía de húsares que se uniría a otras milicias con el fin de reconquistar a la patria de las fuerzas extranjeras. Además, en 1809, había desempeñado el cargo de Alcalde de la Santa Hermandad. Es decir, se trataba de un vecino reconocido y respetado.
La orden de la Junta del 14 de agosto de 1810 decía: “Por justas y graves consideraciones ha resuelto la Junta que a la mayor brevedad salga de ese Puerto para la ciudad de San Luis don Martín José Goyechea donde podrá establecerse con su familia y permanecerá hasta segunda orden de la misma Junta y le prevengo a V. m para que intimándole esta providencia, cuide que en el preciso término de cuatro días verifique su salida, sin admitirle excusa ni pretexto alguno”. El 21 de agosto, el Comandante Militar le responde a la Junta Gubernativa que ha cumplido con la orden y señala que “queda prevenida su mujer, doña Concepción Arismendi de Goyechea, que luego que salga de su enfermedad siga a su marido”[3].
Dos años después, Martín José Goyechea reincide en actos de rebeldía. Esta vez, es aprehendido por formar parte de una gran conspiración que lideraba Martín de Alzaga y que tenía ramificaciones en el interior del país. Cuando el complot se descubre, sus principales autores fueron apresados y se les impusieron distintas penas, y en el caso de Goyechea, aparentemente por el prestigio que tenía en el pueblo de Las Conchas, se salva de la pena capital y es condenado “por todos los antecedentes de su conducta enemiga contra del país, en quinientos pesos fuertes de multa, para las exigencias de la patria”[4].
Tiempos difíciles
En 1811, los buques españoles dominaban el Río de la Plata y sus afluentes y solían desembarcar y perturbar a los pueblos costeros como Las Conchas y San Fernando en los que se cometían todo tipo de atropellos como incendios y saqueos de casas y comercios.
Los vecinos de Las Conchas, quienes además prestaban ayuda en el envío de la correspondencia a Montevideo, eran atacados casi diariamente por los españoles, por lo cual tuvieron que organizarse militarmente y formaron una compañía que estuvo al mando del Teniente José María Vilela y que era sostenida por el propio vecindario ya que el Gobierno no contaba con recursos suficientes. Allí nació el famoso regimiento “Los Colorados de Las Conchas”. Entre sus actuaciones destacadas, formó parte de la tripulación de la fragata Hércules que al mando del Almirante Guillermo Brown el 11 de marzo de 1814 tomó la escuadra española de Montevideo, y prestó servicios con las milicias de San Fernando comandadas por el Capitán Francisco Villarino.
Por estos motivos, en Las Conchas se estableció una vigilancia especial al mando de Francisco Reyna con la orden de vigilar la costa y a toda persona que se ausentara a Montevideo, así como enviar a la Capital a todo extranjero sospechoso. De esta manera, fueron apresados los vecinos: Francisco Cudina por sospechas de ser emisario del General Goyeneche, el cual fue juzgado y condenado “a la pena ordinaria de la horca”, y José Díaz por haber “tenido comunicación clandestina con los enemigos de la patria”. Los corsarios apresados fueron condenados a la misma pena.
El 16 de septiembre de 1812, en la Plaza de la Victoria (formaba parte de la actual Plaza de Mayo) de la Ciudad de Buenos Aires fueron ahorcadas varias personas acusadas de cometer saqueos y robos en la jurisdicción de Las Conchas.
¿Cómo era el pueblo en aquella época?
El pueblo se encontraba en un estado general de abandono y la situación de los pobladores era bastante precaria. Asimismo, el desarrollo normal de la vida no era nada fácil, además del acoso constante de los enemigos del gobierno patrio, había bandoleros y ladrones. “Había callejones cortados por pantanos y tupidos montes de duraznos, espinillos y cardales, lo que hacía de muchos de esos lugares una zona silvestre que era madriguera de perdularios alzados contra la legalidad”.[5]
Según el padrón del párroco de Las Conchas, a fines de 1812 en el pueblo había sesenta familias. Estas familias, en su mayoría eran pescadores, labradores y comerciantes de frutas. Había quintas y chacras, casas de adobe, ranchos y pulperías que se concentraban alrededor del puerto de Las Conchas. La escasa población se debía a las continuas inundaciones y a las frecuentes invasiones y saqueos de los españoles.
Fuentes:
-Udaondo Enrique, “Reseña Histórica del Partido de Las Conchas”, Publicaciones del Archivo Histórico de la Provincia de Buenos Aires, La Plata, 1942.
-Casas Pedro Oscar, “Reseña histórica del Partido de Tigre”, Buenos Aires, 1983.
[1] Archivo General de la Nación-Sala X 1-2-5)
2 Hermano de Manuel Belgrano
3 Archivo General de la Nación
4 Udaondo Enrique, “Reseña Histórica del Partido de Las Conchas”, Publicaciones del Archivo Histórico de la Provincia de Buenos Aires, La Plata, 1942, Pág. 44.
5 -Casas Pedro Oscar, “Reseña histórica del Partido de Tigre”, 1983. Pág. 25.
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