Scioli y Macri salieron a pedir apoyo a legisladores y jueces para frenar el delito, mientras desde la Casa Rosada disimulan como si el problema fuera de otros.
En un día negro, marcado por la muerte del bebé Isidro, y con la inseguridad instalada en cada rincón de la Argentina, con decenas de familias destruidas a diario por el crimen y el narcotráfico, la pregunta comenzó a sonar en la mayoría de las mesas de los hogares argentinos: ¿Por qué la presidenta Cristina Kirchner omite totalmente referirse a la prolliferación del delito en todas sus formas en el país que gobierna? ¿Acaso el kirchnerismo cree que si evita hablar de la inseguridad logrará que la principal preocupación de los argentinos le termine quitando votos?La inseguridad y la inflación son las dos cuestiones clave que le quitan el sueño a millones de familias, y justamente son los dos temas sobre los cuales la Presidenta, que encabeza al menos tres actos por día, evitar hablar.
Si existe el convencimiento en el gobierno de que aquello de lo que no se habla, no existe, el Poder Ejecutivo estaría cometiendo un claro error de juicio, ya que a esta altura de los acontecimientos, y con la violencia instalada a la vuelta de la esquina, poco importará quién triunfe en las elecciones del 2011.
El jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, y el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, reclamaron respaldo de legisladores y jueces para establecer normas más efectivas contra la delincuencia.
El jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, y el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, coincidieron hoy en el reclamo general por mayor seguridad y en la necesidad de modificar las normas legales para dar una respuesta efectiva contra la delincuencia.
Esto sucedió tras la muerte de Isidro, ocurrida hoy, después de una semana de lucha para sobrevivir.
El bebé había nacido por cesárea de urgencia cuando su madre fue baleada por motochorros que la asaltaron tras retirar dinero de un banco de La Plata.
Macri pidió a los legisladores nacionales, bonaerenses y porteños que aceleren los debates pendientes para la sanción de leyes que garanticen «la vida de los argentinos». Y calificó como una «pesadilla» la muerte de Isidro.
«Le pido a los legisladores nacionales, de la provincia de Buenos Aires y de la ciudad de Buenos Aires que traten estas normas sin esconderse detrás de falsos debates ideológicos para que podamos disponer de instrumentos que cuiden la vida de todos los argentinos», afirmó.
Recordó que, en el caso de la Ciudad de Buenos Aires, «hace varias semanas ya que hemos presentado un paquete de leyes» con reformas para prevenir y evitar delitos como los cometidos por personas que se desplazan en motocicletas.
Scioli, por su parte, reconoció que «la sociedad pide más seguridad y más justicia». Y reclamó que «los tres poderes del Estado tenemos que buscar, y readecuarnos a esta nueva realidad dentro del estado de derecho, los caminos que nos lleven a tener una provincia más justa, más segura».
Resaltó que ahora los delincuentes son «muy violentos, con una irracionalidad y una brutalidad tremenda».
Y que «frente a esto tenemos que ir avanzando y ajustando las leyes, las acciones del Ejecutivo, la fuerza del poder judicial, su rigurosidad para poder vivir en una provincia que pueda ser cada día más tranquila, más segura, más inclusiva».
El poder político empieza a despertar. Todos menos la ocupante de la Casa Rosada.
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