En el marco de las actividades por el Mes de la Memoria, el Municipio de Tigre y el Honorable Concejo Deliberante, colocaron el nombre de Padre Francisco “Pancho” Soares, a la ex calle Catamarca de la ciudad de Tigre.
El Padre Pancho Francisco Soares nació en 1921 en San Pablo, Brasil y tres años después se trasladó a Buenos Aires, cursó su primaria en Santos Lugares. Vivió en Chile, en Francia y en España. En 1945 es ordenado Sacerdote, se nacionaliza argentino en el 63, integrándose a la Diócesis de San Isidro ese año se instala definitivamente en Carupá.
Fue un hombre humilde que se ganó el respeto y el cariño de la gente, pues trabajó por los más necesitados como un obrero más. El Padre Pancho generó emprendimientos productivos, instaló un taller y creó una cooperativa. El 13 de febrero de 1976 un grupo armado de ultra derecha lo asesinó impunemente. Poco antes de su muerte, había participado en el entierro de delegados sindicales de los Astilleros Astarsa, que habían sido secuestrados y asesinados por reclamar mejoras laborales.
34 años más tarde, el Municipio de Tigre y el Honorable Concejo Deliberante colocaron (viernes 26) el nombre de Padre Francisco “Pancho” Soares, a la ex calle Catamarca de la ciudad de Tigre.
Del evento, que se realizó en la intersección de las calles Luis Pereyra y Padre Francisco Soares, participaron vecinos, el Padre Jorge Marenco y el Presidente del Concejo Deliberante de Tigre, Dr. Julio Zamora.
Este último calificó al Padre Pancho como “el ejemplo de un hombre que trabajó por su comunidad y que entregó su vida en búsqueda de un mundo mejor y más inclusivo. Debemos recordar el trabajo del Padre Pancho y que sirva de motivación para seguir luchando por sus ideales. Este reconocimiento se debería haber materializado hace mucho tiempo atrás, pero estuvo silenciado hasta hoy”.
Por otro lado, el Padre Jorge Marenco ofreció su bendición y agradeció al Municipio de Tigre por el homenaje y manifestó su alegría de poder recordar a “Pancho”. Y lo recordó evocando un texto publicado días después del asesinato, que decía: “Nos es imposible agotar su riquísima personalidad, pero algunos rasgos resaltan con más facilidad. Ante todo Pancho es un Sacerdote; un elegido por Dios para entregarse a su Pueblo y ayudarlo a llegar a Dios”.
“Pastor y Padre de una comunidad por la que supo darse hasta la oblación total, quiso ser un instrumento eficaz en manos del Señor para la evangelización de los hombres, sobre todo los más humildes, sus preferidos. Estaba convencido que para ser testigo de la verdad debía ser profundamente sincero. Y eso buscó ser constantemente en su vida. Predicó constantemente a Cristo, y a Cristo pobre”, finaliza el texto.
Al homenaje asistieron funcionarios, concejales y vecinos quienes participaron emocionados por el recuerdo. El Mes de la Memoria continuó con el homenaje al escritor y vecino del Delta de Tigre, Haroldo Conti.
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