50 años de la película que recuperó las luchas obreras en La Forestal: Quebracho

Estrenada el 16 de mayo de 1974, Quebracho fue dirigida por Ricardo Wullicher; entre los actores se encuentran Juan Carlos Gené, Héctor Alterio, Lautaro Murúa, Walter Vidarte, Cipe Lincovsky, Luis Medina Castro. Se puede ver libremente en https://www.youtube.com/watch?v=Gv0rstVCHts

Ricardo Wullicher comenzó a rodar Quebracho durante el gobierno de Héctor Cámpora. Pudo estrenar su película, con gran éxito de público, en el cine Metropolitan, el 16 de mayo de 1974.

El film presenta la conflictividad laboral en La Forestal, empresa inglesa dedicada a la explotación del quebracho en el norte de Santa Fe; se estima que, al retirarse, la empresa había deforestado el 85% de esos bosques norteños. Pero no sólo se ensañó con la naturaleza, también explotó a los obreros, con sueldos de hambre, condiciones de trabajo extenuantes, persecución y muerte. Cuando La Forestal se fue del país, el 95% de sus trabajadores no pudieron jubilarse.

La película comienza con un paneo de reconocimiento sobre las antiguas instalaciones de La Forestal, en Villa Guillermina. El paso del tiempo fue corroyendo un edificio imponente, donde los trabajadores sufrieron y la empresa ganó millones de dólares.

En la segunda escena se pasa a una lujosa mansión, en Londres, en la cual los dueños de La Forestal festejan un excelente año de expansión comercial, a pesar de la primera guerra mundial. Un viejo fundador de la empresa da una clase de imperialismo económico a un joven que recién se inicia en el manejo de los negocios.

La película avanza por etapas históricas. En la primera vemos a los obreros organizándose, no sólo para enfrentar a la patronal, sino para reflexionar sobre sus derechos y fuerza laboral. “¿Quién es más fuerte, la plata o el trabajo?”, “Si agarran a uno, agarran a todos”. La escena de la reunión de trabajadores dialoga con la escena en la comisaría entre comisario y delegado inglés. Es casi como un plano y contraplano.

En la segunda etapa, aparece la figura del político yrigoyenista, Lamazón, quien, de manera casi paternal, asume la representación de los trabajadores. Ahora la reunión del delegado inglés ya no es con el comisario, es con el radical a quien intenta comprar. Lamazón anticipa un tema: el vacío ambiental. “En 5 años, la compañía ha talado 1.250.000 árboles de quebracho y no ha plantado uno solo”, le expresa al corruptor inglés, quien responde que no tiene sentido replantar porque esos árboles tardan mucho en crecer y cuando estuvieran listos para cortarlos, ellos (los ingleses) ya no estarían allí. Por supuesto, La Forestal ya tenía previsto cuándo abandonaría Argentina para ir a expoliar otro país.

La tercera parte se inicia en 1945. Ya no se muestran movilizaciones de obreros, sino a un representante del gobierno nacional que llega a La Forestal para hacer cumplir el Estatuto del Peón. Nuevamente, en Londres, se lleva a cabo una reunión de los directivos de la empresa para determinar el cierre definitivo de sus fábricas en Argentina. Otra vez el espectador asiste a una clase magistral de imperialismo.

La película finaliza con el paneo inicial de reconocimiento de las abandonadas instalaciones fabriles donde resuenan las voces de los trabajadores que perdieron sus vidas luchando por un mundo mejor. No aparece la palabra FIN porque, según el director, esta historia continúa.

Por Mónica Carinchi

Deja una respuesta