Armando Bo. Galopó entre las dificultades económicas, la censura y el desprecio de los medios

El hombre que filmó el primer desnudo del cine nacional nació el 3 de mayo de 1914. Su película Pelota de trapo es inolvidable, así como El trueno entre las hojas, que circula entre la denuncia social y el erotismo. Armando Bo fue deportista, actor, director y productor cinematográfico y todo lo hizo con la misma pasión.

Nacido el 3 de mayo de 1914, en Bernal, conurbano bonaerense, la primera pasión de Armando Bo fue el deporte: practicó básquet, boxeo, natación. Justamente su rol de deportista lo llevó a Río de Janeiro donde conoció a la actriz Carmen Miranda quien le dijo que tenía “tipo de galán cinematográfico”. Esta observación lo marcó para siempre.

Vuelto a Buenos Aires, ingresó al Conservatorio Nacional de Arte Dramático y comenzó a trabajar como extra, hasta que llegó su primer papel importante en La maestrita de los obreros (estrenada en marzo de 1942). Otro film donde se destacó fue Melodías de América, rodada en los Estudios San Miguel; allí conoció a su futura esposa, María Teresa Machinandiarena, hija de uno de los dueños de la productora.

Armando Bo también trabajó en Radio Belgrano en el programa Mensajes de Pasión, leyendo poemas de Cartas de amor de hombres y mujeres que amaron.

Su atracción por el mundo deportivo lo llevó a proponer a Argentina Sono Film el rodaje de Pelota de trapo, pero le rechazaron el libreto con el argumento de que los hinchas de fútbol sólo querían ver fútbol en la cancha. Armando estaba seguro de que esa película sería un éxito, por eso fundó Sociedad Independiente Filmadora Argentina (SIFA) y con la dupla Torres Ríos-Torres Nilson comenzó la filmación, totalmente en exteriores (a la manera del neorrealismo italiano), convocando a los niños del barrio donde se filmó y con muy bajo presupuesto. La película fue un éxito y dio pie a una zaga deportiva que pasó por el automovilismo, el boxeo y el básquet.

En 1954, cuando las cuentas de su productora estaban en rojo, Armando Bo decidió transformarse en director. Las primeras películas no fueron exitosas, por lo cual escuchó los consejos que le decían que debía buscarse un financista. Así fue que, con el libreto de El trueno entre las hojas, Armando habló con Nicolás Bo (no tenían ningún parentesco), un empresario paraguayo que aceptó financiar la película, poniendo una condición: la protagonista debía ser Isabel Sarli. De esta manera se conocieron Armando e Isabel.

El trueno entre las hojas fue éxito en Europa; en Argentina tardó en conseguir sala; los censores estaban escandalizados por el desnudo de Isabel. Una vez estrenada, la película recibió la aclamación del público nacional.

Siguieron más películas picantes: Sabaleros (se exhibió durante la primera semana a sala llena, luego la censura la hizo retirar de circulación); India; Y el demonio creo a los hombres (un fiscal pidió su secuestro al segundo día de exhibición); Favela (se rodó en Río de Janeiro, los brasileños aseguraron la provisión de film en color); La burrerita de Ypacaraí (Isabel llegó al estreno montada en una mula); Lujuria tropical y muchísimas películas más.

Armando Bo creo un estilo amado por el público, perseguido por la censura y considerado actualmente como cine de culto.

A 110 años de su nacimiento, este artista múltiple sigue teniendo un lugar de privilegio en el cine nacional y también en el corazón de sus seguidores.

Por Mónica Carinchi

Isabel Sarli y Armando Bó en Una mariposa en la noche

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