El Taller del Patio. Después de 3 décadas en Belgrano, Patricia Siegrist mudó su taller de cerámica a Tigre. Técnicas aborígenes, horneadas de raku, lustre metálico, trabajos en vidrio. Clases grupales miércoles y sábados. Quienes quieran aprender la técnica de mosaiquismo pueden participar del mural que se está realizando en la entrada del Taller. Para consultas 15 5563 0989.

        Desde tiempos inmemoriales, todas las culturas han realizado utensilios de uso diario y adornos para ocasiones especiales, con distintas mezclas de arcilla llevadas al fuego. También en la actualidad, la cerámica sigue formando parte de nuestras vidas: vajilla, bijuoterie, revestimientos, botones, adornos, murales.

        “La gente no se da cuenta que vivimos rodeados de cerámica, porque el ladrillo es un objeto cerámico; también azulejos, pisos, elementos de baño. La arcilla es un material con muchas posibilidades, es dúctil, porque la pieza se puede modificar o rehacer hasta tanto no está cocida. La cerámica tiene, al menos, dos aspectos, uno funcional que tiene que ver con la decoración que se aplica a la vida diaria; y otro artístico, que es la escultura cerámica. En mi taller se hacen ambos”, expresó Patricia Siegrist, dueña del Taller del Patio.

        Después de estar 30 años en el barrio de Belgrano, Patricia trasladó su taller a Tigre, sobre la Avenida Libertador. Su relación con la cerámica lleva 50 años. “Mis padres me mandaron a un taller de niños. Cuando yo tenía 15 años, ya era asistente de mi profesora, poco después ella se trasladó a otra provincia y yo quedé a cargo del grupo, con alumnos un poquito más chicos que yo”.

        Estudió en la Escuela de Bellas Artes y partió a Barcelona, donde continuó su formación en la Escuela Massana; luego se perfeccionó en distintas técnicas y esmaltes con conocidos ceramistas. Este año, que cumple 50 años con la profesión, está realizando un mural, a la entrada de su taller, con la técnica de mosaiquismo. “Aquí hay piezas rotas, sobrantes de muestrarios, de pruebas que fui guardando para hacer algo en algún momento y el momento llegó”.

        Muy emocionante debe ser para Patricia encontrarse con pedacitos de su historia y colocarlos, definitivamente, en un mural de 2 x 4 metros. Sus talleristas están realizando pequeñas piezas para incorporar al mural y algunas vecinas se han acercado para aprender esta técnica tan interesante.

Entre arcillas y esmaltes

        En un espacioso taller rodeado de estanterías colmadas de esmaltes, tornos, piezas a medio hacer y etc., etc., viernes y sábados, las alumnas despliegan sus obras sobre las mesas.

        Si bien es necesario hacer unos 3 meses de piezas básicas para conocer materiales y herramientas, luego cada uno avanza con sus intereses. “Algunas personas se van a vivir solas y quieren hacer su vajilla personalizada; hay alumnas que hacen el juego de té con diseños muy interesantes, incorporando asas con metal o fibras naturales. Una alumna hizo el borde del revestimiento de la pileta de natación de su casa”.

        Las clases no superan las 6 personas y “aunque no son individuales, se trabaja especialmente con cada uno”, señaló Patricia quien tiene una asistente, por eso el proceso de cada pieza es muy acompañado.

        En el taller hay un horno eléctrico y otro a gas para la técnica de raku. “Es una técnica japonesa. Las piezas se sacan incandescentes, con pinzas, y van a un tacho con aserrín donde se produce una modificación química en los esmaltes. Los resultados son increíbles, hay una sorpresa porque nunca se sabe cómo van a quedar los esmaltes”.

        Esta técnica dura muchas horas, se deben juntar varias piezas, por eso se transforma en un trabajo comunitario, donde se comparte un almuerzo. No se puede hacer en un espacio cerrado, por esto el taller de Patricia es ideal ya que tiene un hermoso patio. El raku está lejos de la cerámica industrial, pues cada pieza es única e irrepetible.

        En el taller de Patricia también se puede hacer alfarería, mosaiquismo, aprender la técnica de lustre metálico y trabajar con vidrio.

        Para quienes gustan de la pintura, los viernes Gabriel Montiel Cepeda da clases de acuarela; miércoles, en dos horarios, y sábados por la mañana, Patricia coordina los talleres de cerámica. Para comunicarse, 15 5563 0989.

Por Mónica Carinchi