Todos orgullosos de conformar la Escuela Municipal de Samba de San Fernando

Escola Unión Sanfernandina. Compitieron en el Encuentro Nacional de Baterías y Pasistas, de Gualeguay, con 60 comparsas, y sacaron 1° premio en Ballet, 4° premio la reina y 5° premio la batería. Su director, Néstor Torchia, destaca que sólo llevan 3 años de trabajo. La escola Unión Sanfernandina está conformada por 350 personas.

        Néstor Torchia es Director de Cultura y Turismo de San Fernando y también Director de la Escuela Municipal de Samba y aclara: “No decimos comparsa, sino escola, porque nuestro ritmo es el samba enredo”.

        De la Escuela Municipal de Samba ha nacido, entonces, la escola Unión Sanfernandina, que hizo su primera presentación en 2017 con el espectáculo Historia de Quirimbatá; en 2018, Circo Mágico y, en 2019, Intemporal.

        El tema que desarrollarán en los carnavales 2020 será develado el 30 de noviembre, por ahora es súper secreto. “Se presenta la música, algunos trajes, fantasías, caireles, la reina 2020, embajadores y portabanderas. Nos sirve mucho como entrenamiento y también porque se recaudan algunos fondos”, comenta Braian, uno de los sambistas que, como todos, está esperando el gran día. Por ahora, siguen ensayando con entusiasmo arrollador.

        En un gran galpón de la calle Colón, todo el año es carnaval: allí se ensaya (música, baile), se hace la vestimenta, muñecos, estandartes. Hay que caminar con cuidado porque en todos lados hay maniquíes, alas, gente trabajando en grandes mesas, sambistas que despliegan su agilidad, música, mucha música.

        Para formar parte de la escola hay que inscribirse, esperar el llamado de aceptación y, cuando se produce, salir corriendo a participar de los ensayos. Según las condiciones de cada uno, se van incorporando a distintos sectores de la agrupación.

        Ésta es una escuela totalmente inclusiva: hay niños desde 5 años hasta 3° edad que “tienen 80 largos y salen a disfrutar y se divierten más que un chico de 20”, asegura Néstor. Destaca también el trabajo social que realizan: “Contenemos a muchísima gente que encuentra aquí una pertenencia. Quizás algunos estaban en sus casas deprimidos y hoy están cuidando su cuerpo, su alimentación. Hay gente que antes vivía encerrada y hoy viene todas las tardes a coser, a tomar mate. Se han generado muchísimos grupos de amigos, muchas parejas, se han casado”.

        El galpón lleno de lentejuelas y baile es muy estimulante para la vida, seguramente recetable para los que están un poquito tristones.

        Lo tienen muy contento, obviamente, los logros profesionales: “En Gualeguay, en el Encuentro Nacional de Baterías y Pasistas, participaron 60 escolas. Nosotros sacamos, en batería, el 5° premio; nuestra reina sacó 4° premio y el ballet sacó 1° premio. Con sólo 3 años, ya logramos un 1° premio a nivel nacional. Que se hable de Unión Sanfernandina en todo el país, nos pone muy orgullosos”.

        El primer año no resultó fácil encontrar integrantes para desfilar, porque “muchos llegaron con el concepto de la murga que es totalmente distinta a una escola de samba”. El segundo año se hizo más fácil y actualmente tienen más de 300 inscriptos en lista de espera. El 90% de los integrantes son sanfernandinos, ya que “siempre hay alguno que dice ‘por favor, es mi sueño’ y como no es condición sine qua non que sea de San Fernando, entonces…”, explica Néstor, que, siendo sanfernandino, participó durante muchos años en la comparsa Marí Marí de Gualeguaychú dado que su madre es de esa ciudad y lo llevaba a pasear todos los veranos.

Sambistas: disfrute y compromiso

        El ballet de batería está formado por 11 bailarines, sambistas o pasistas.

        Mauricio, un vecino sanfernandino, se integró desde el inicio; invitado por una profe de danza brasileña fue a ver y, ahora, está firme en todos los ensayos y con mucha responsabilidad dice que “cada vez, la escola es más exigente y detallista”.

        Romina es una de esas personas que dijeron “por favor, es mi sueño”. Viaja dos horas para ensayar otras dos, pero está feliz porque está cumpliendo su sueño pendiente. Da clases de rock and roll junto con su marido y los días que tiene ensayo, él le hace el aguante.

        Algunas personas llegaron a la escola para divertirse un rato y con el tiempo vieron que había diversión y exigencia. Tal el caso de Braian que, ahora, súper emocionado dice: “En la competencia de Gualeguay sacamos el primer premio. Ya tenemos un compromiso muy grande”. Espera con ansiedad el 30 de noviembre porque disfruta del escenario, las luces y el traje que “es muy importante”, por eso les tiró un beso a las compañeras que se dedican a la costura.

        Fátima es una de las tantas vecinas sanfernandinas que fue a ver la escola el primer año y, cuando Unión Sanfernandina ya se estaba despidiendo, le dijo a su mamá “el año que viene voy a estar bailando ahí”. Como es una muchacha de palabra, así sucedió y de la comedia musical pasó a bailar samba. “El primer año estuve en una escuadra y en el segundo formamos este ballet”, cuenta y se sienta un ratito para aprovechar el merecido descanso.

        Acostumbrada a los ritmos caribeños, es profe de bachata y salsa, Mar es una tigrense que participa en Unión Sanfernadina desde la hora 0, por eso explica: “El primer año, la gente no pensaba que esto iba a ser tan lindo. Pero después, superamos las expectativas. Y cada año fuimos creciendo”.

        Como se acerca el momento de retomar el ensayo, Yolanda Reis asoma entre las cortinas, entonces Mar exclama: “Yoli es nuestra coreógrafa. Aprendemos muchísimo de ella!!”. Y la música comienza a sonar y los sambistas van tomando sus ubicaciones y la despedida es hasta el 30 de noviembre cuando todos aplaudiremos a Unión Sanfernandina.

Por Mónica Carinchi

Deja una respuesta