Una caja con materiales reutilizados

Cantar con caja coplera, el canto más profundo de la América prehispánica. La profesora de música Andrea Cervantes dará un taller de armado de caja coplera, en el Club Tigre Juniors, el 1° de marzo, a partir de las 17.00hs.; dirigido a adultos y niños a partir de 10 años.

        La caja coplera tiene una historia prehispánica, ya que existen dibujos de aquella época que muestran a mujeres con un tambor de mano. La copla, como estructura poética, fue traída por los españoles y, acunada por este instrumento ancestral, dio origen a un canto folclórico. “El fraseo, la forma de decir la copla, acompañada con la caja, está muy emparentado con lo originario. Por eso a veces suena raro, tiene quejidos, es un vibrato con la boca un poco cerrada. Esta forma de cantar está relacionada con la lengua de los antiguos”, explicó Andrea Cervantes, profesora de música.

        Los primeros recopiladores de coplas fueron Carlos Vega, Isabel Aretz y la famosa Leda Valladares. “Estos investigadores organizaron y clasificaron estos cantos en baguala, tonada, vidala. Leda Valladares, además de recopilar coplas y hacer grabaciones de campo, escribió partituras. Ella tenía la idea de que la copla llegara a la escuela y esto a mí también me entusiasma. Llevar este canto de la América profunda al colegio es mi desafío”.

        Es común escuchar coplas en Salta, Jujuy, Tucumán, Santiago del Estero. “Cada región tiene su peculiaridad. Están muy relacionadas con fiestas regionales, con el carnaval; hay cantos de verano y de invierno. Además es un canto vivo, que va cambiando”.

        Justamente la vitalidad es la riqueza del folclore. Además, todos pueden cantar, simplemente hay que atreverse a sacar la voz. “La caja suena siempre en la tierra, parece un corazón. El buen coplero es el que siempre va trayendo a su memoria coplas y nunca se queda callado. La copla es un arte verbal”.

        Decía el gran Atahualpa que la caja es como una luna que baja y nosotros agregamos que, en las manos de la coplera, alumbra un canto a veces pícaro y otras, tristón, que siempre sale del corazón.

Fácil y económica

        “Yo tengo la idea de que los antiguos hacían las cajas con lo que tenían. Se carneaba un chivo para comer y usaban el cuerito; ahuecaban un tronco, tensaban una tripa. Tomo esta idea y propongo construir una caja con lo que habitualmente tiramos”.

        Así, Andrea nos propone otro desafío: reutilizar latas, bolsas, hilos. “Como pasa con todos los cuerpos sonoros, el material determina la vibración. Las cajas hechas con reciclados tienen muy buen sonido”.

        Tienen además, una ventaja: si se rompen, siguen sonando, se arreglan con facilidad y son económicas. “El parche de la caja de cuero, si se agujerea, pierde tensión. Con los días de humedad, se ponen fofas. Yo, cuando tengo que tocar y el tiempo está feo, llevo la reciclada”.

        A muchas personas les atrae la idea de reutilizar materiales, por ejemplo a quienes promueven no consumir absolutamente nada de origen animal y no quieren perderse la experiencia de tocar la caja coplera.

        “Este año, en el Encuentro Nacional de Copleros, vi una comparsa de Iruya y me acerqué porque me llamó la atención la caja y me dijeron que las hacen con bolsa de plástico”.

        El viernes 1° de marzo, Andrea Cervantes dará un Taller de Armado de Caja Coplera en el Club Tigre Juniors (Cazón 646, Tigre centro), a partir de las 17 hs. con una duración de 3 horas; está dirigido a adultos y niños a partir de los 10 años; tiene un costo de $100 por persona y la inscripción previa se realiza enviando mail a cervantesav@gmail.com

        No te pierdas la oportunidad de hacer una caja, decorarla como más te guste y luego sacarle sonidos del corazón

Cualquiera de estos materiales se utiliza para armado de la caja: 1) lata de dulce, tachos de 10 o 20 litros de pintura, tubos de cartón; 2) bolsa de alimento para perros, preferentemente no metalizada; black up; lona un poquito plastificada; mantel de hule; 3) alambre (el que tengamos), si se oxida, lo envolvemos con cinta; mimbre; enredadera leñosa; 4) cualquier ramita a la que se le pone en la punta unas lanitas.

Importante: si no conseguís alto de esto, no te preocupes, otros lo aportarán. Todo se comparte.

Por Mónica Carinchi

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