“Hoy lo exótico es vender lo nativo”

Guaviyú y arazá, árboles frutales del monte uruguayo. Con un emprendimiento instalado en el Mercado Agrícola de Montevideo, Daniel Páez asume el desafío de difundir la flora autóctona de Uruguay. El visitante podrá encontrar árboles ornamentales y frutales, de gran valor nutritivo.

 

        Algunos árboles invitan a recostarse sobre sus troncos; otros, en cambio, imponen una distancia a causa de sus espinas. Éste es el caso del tembetarí, que tiene unos fuertes aguijones a lo largo de su tronco y también en las hojas, pero su sólido porte y su altura, que puede llegar a los 25 metros, atrajo a Daniel Páez que se topó con esta especie, por primera vez en su vida, en un bosque nativo, cerca de Piriápolis. “Nunca había visto un tembetarí y me llamó la atención gratamente, por eso le puse ese nombre a mi emprendimiento”.

        Interesado y ocupado, como dice él, en la conservación de la flora indígena, desde hace 3 años, Daniel viene desarrollando un proyecto que abarca desde la recolección de las semillas hasta largas conversaciones con el público que llega a su local, porque, afirma, “la única forma de defender a nuestra flora es que la gente la conozca”.

 

Aromas y frutos exquisitos

        En el recientemente inaugurado Mercado Agrícola de Montevideo, Daniel Páez tiene un local que hace sentir, al visitante, que está  inmerso en un bosque. Entre plantines que recién asoman a la luz y árboles de casi dos metros, es posible hacer un recorrido por buena parte de la flora autóctona uruguaya.

        “Lo que menos traigo es la anacahuita, porque la gente es lo que más conoce y yo quiero que conozca otras cosas”, señaló Daniel, quien aseguró que todos los árboles  son interesantes “ya sea por sus frutos o sus cualidades para la ornamentación”.

        “Hoy lo exótico es vender lo nativo”, dijo Daniel, señalando las bellas flores del palo de fierro: “Sólo me queda un ejemplar que todos quieren comprar y yo les muestro el cartelito que dice ‘en exhibición’”.

        Una de las especies recomendadas por Daniel es el tarumán: “Tiene flores amarillas con la fragancia más exquisita de toda nuestra flora. Da un frutito rojo que no es rico, pero lo aprovechan los pajaritos”.

        El que sí tiene sabrosos frutos es el guaviyú: “Nuestros agrónomos hicieron estudios que arrojaron que tienen más antioxidantes y vitamina C que los famosos arándanos que, además, son insulsos. En cambio, el guaviyú es exquisitamente dulce”. Desde hace años, el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria de Uruguay está trabajando para que los productores hortifrutícolas incorporen al guaviyú a sus producciones.

        Otro árbol de flores perfumadas y ricos frutos es el arazá: “Es muy ornamental, es un árbol pequeño que fructifica en macetones, no tiene muchas pretensiones. Los grandes viñedos que tenemos, están incorporando frutales nativos porque los pájaros prefieren, entre dos frutas, comerse la nativa, entonces, para que no picoteen las uvas, plantan árboles nativos de rápido crecimiento, como el arazá o guaviyú que en dos años ya fructifican”.

        Quien también está dando un apoyo importante a la difusión y producción de estos frutos nativos es la conocida chef uruguaya Laura Rosano que, en su libro Recetario de Frutos Nativos del Uruguay, sostiene que no se puede ofrecer “carnes uruguayas con salsa de arándanos, si tenemos pitanga, arazá y guaviyú que son nuestros frutos del monte”.

        Aportando aires más tropicales, también hay un espacio para las elegantes palmeras butiá de la zona de Rocha, las yatay de Paysandú y las típicas pindó.

        Desde luego, no podía estar ausente el árbol de Artigas o ibirapitá, como así tampoco el guayubirá, árbol insignia del monte indígena uruguayo.

        “Gracias a los árboles existimos”, culminó Daniel, por eso, también, es necesario preservar este patrimonio natural.

Deja una respuesta