A medida que pasan los días, semanas y meses, la crisis económica golpea sin freno a todos por igual. Hoy el dinero hay que saber administrarlo, como si atravesáramos una guerra, y quizás esta sí sea una guerra, pero frente a lo invisible, con un enemigo a quien podés cruzar en la puerta misma de tu casa sin darte cuenta.

        En este caso, la comisión directiva del Centro de Jubilados Rincón de Milberg – esquina Pampa y Castiglione – aguarda casi desesperadamente el guineo del Estado bonaerense para la apertura de las instituciones, para que este Centro también habrá sus puertas de manera que se pongan en marcha los motores y así, reactivar sus actividades sociales y a su vez, generar recursos que lo alimenten para seguir con sus funciones. Para muchas instituciones, el tiempo apremia.

        Juan Camana, presidente de la institución, recibió a este medio y aseguró que pese a la necesidad que todo esto termine lo más pronto posible, en la institución se llevaron adelante varias cosas, en este caso, en materia de recuperación de sus instalaciones.

        “En el asado de fin de año, adelantábamos la recuperación de nuestras instalaciones para recibir un nuevo aniversario – 22 de abril -, pero lógicamente no pudimos hacerlo ni tampoco la asamblea general ordinaria. Nos agarró este asunto de la pandemia y ahora estamos sin ingresos porque todos nuestros asociados (80) no pueden salir de sus casas”, repasó Camana.

        De todos modos, el tiempo de cuarentena fue útil para encarar varias reformas. “Tenemos sanitarios remodelados a nuevo para ambos sexos, e incluso se construyó uno para personas con discapacidad motriz; y en materia de red de gas, se puso en valor casi su totalidad”, agregó.

        Como parece, el dinero fue bien invertido, pero falta más para que la institución sobreviva y los abuelos disfruten de nuevas instalaciones; por lo pronto, felicitaciones a todo este grupo de abuelos por su compromiso con la institución para una mejor calidad de vida de todos sus abuelos asociados.