Hasta ahora, mucho ruido y…

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Retoma actividades presenciales con funcionarios el Consejo Asesor Vecinal del río Luján. Gran convocatoria vecinal. Novedades esperadas por los vecinos: CyE se va del Distrito Especial. Reclamos: reglamento urbanístico que se haga cumplir, acciones que permitan recuperar la credibilidad en las instituciones y participación vecinal vinculante.

        Transitando ya la post pandemia, muchas actividades han vuelto a la presencialidad con los cuidados que, seguramente, continuarán por bastante tiempo. Con este marco, el sábado 23 de octubre se realizó, en la sociedad de fomento de La Ñata, el 8° Plenario del Consejo Asesor Vecinal del río Luján. Además de los y las vecinas, estuvieron presentes funcionarios públicos, entre ellos el secretario de gobierno, Mario Zamora, y la directora de medio ambiente, María Paz Mazzola que llegó tarde y se sentó en el filo de la mesa; sin tener ningún cargo en el Municipio, Débora Villalva fue privilegiada con una silla al lado de Mario Zamora.

        En la ocasión se procedió al cambio de autoridades, quedando como directora del Consejo Asesor Herminia Olivera. 

        El anuncio más festejado fue el traslado de la empresa CyE a un parque industrial. El predio que ocupa, rellenado existiendo ya el Distrito de Gestión Especial, podría transformarse “en una urbanización amigable con el distrito”, informó Mario Zamora.

        Las construcciones siguen siendo muy polémicas, por esto se exigió un reglamento urbanístico que realmente se haga cumplir. La sombra de los barrios privados empaña la credibilidad de los vecinos que además de tener de manera constante el peligro de las inundaciones provocado por la elevación de cientos de hectáreas, también carecen de red de agua, cloacas, gas. “Se podría proveer a la población de facilidades para acceder a biodigestores y construir un humedal artificial zonal que reciba las aguas grises, sin hacer negociados multimillonarios”, tronó una vecina que reclamó que se tengan en cuenta las propuestas vecinales.

        Además de demandar fervientemente acciones futuras, concordantes con la ordenanza 3709/19, otra vecina elevó su voz exigiendo “reparación hacia atrás”.

        Los comentarios que surgieron, demostraron que el pequeño pueblo vive una situación bastante caótica: vecinos que rellenan las zanjas con la excusa de hacer una entrada para el auto, compuertas que no tienen mantenimiento, volquetes que descargan en el medio de las calles, basura por todos lados. Evidentemente, hay vecinos que son desaprensivos y roñosos, pero también hay funcionarios que no funcionan.

        “Se pidieron inspectores zonales con poder de policía”, recordó una vecina, mientras otras reclamaron multas efectivas para los que ensucian el espacio público.

        Los ánimos se desbordaron por el tema basura y ante las descripciones de las distintas situaciones y posibles soluciones ofrecidas por los vecinos, la directora de medio ambiente se lució: “El tema de los residuos es súpercomplejo”. Según parece, el Concejo Deliberante está finiquitando una ordenanza de eliminación de plástico de un solo uso, por ejemplo, sorbetes. ¿Cuántas toneladas de sorbetes se usan por día?

        Un tema que Mario Zamora lanzó es la construcción de un helipuerto. Los helicópteros están sumamente cuestionados por la contaminación sonora que producen, afectando a las aves y personas; además ningún vecino de a pie de La Ñata o Dique va a utilizar un helicóptero.

        En cuanto a áreas verdes, Paz Mazzola informó que se está trabajando sobre un corredor biológico con bancos, barandas, parquizado con flora nativa sobre la margen del arroyo El Claro que da al barrio cerrado Santa Ana. “Del otro lado se haría una senda peatonal porque no está urbanizada”, dijo Mazzola. Pero rápidamente muchos vecinos dijeron: “Yo vivo del otro lado”. Que se realice una obra supuestamente amigable con el ambiente del lado del barrio privado Santa Ana, que se esté previendo pedir créditos y que se haya tenido conversaciones con habitantes del barrio privado y no con los integrantes del Consejo Asesor generó un malestar resumido por una vecina: “Acá hay falta de comunicación entre el Municipio y los vecinos. Necesitamos mesas de trabajo porque tenemos esperanza y voluntad, pero hasta ahora hicimos mucho esfuerzo y hubo respuestas muy pequeñas. Esperamos que a partir de hoy se llegue a un acuerdo para trabajar en conjunto de aquí en más”.

        Mario Zamora informó que, durante la pandemia, trabajaron con Nordelta que entregó, en el marco de la ley 8912/77, 40 hectáreas sobre calle Solís que “será el corazón del Consejo Asesor”. El predio será una reserva periurbana y entre los posibles usos se encuentra una pista de remo municipal dado que la pista nacional sobre el canal aliviador tiene sus aguas totalmente contaminadas.

        Al inicio del plenario, el secretario de gobierno destacó que el Municipio de Tigre tiene varios consejos asesores que sirven para contrastar las acciones municipales con los vecinos, escuchar sus críticas y encontrar el respaldo que imprime fuerza a las políticas municipales. A esta definición municipal le falta una pata: el consejo asesor debe ser vinculante.

Por Mónica Carinchi

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