El nuevo presidente pro tempore de la CELAC representa a un pequeño país caribeño. Ralph Gonsalves, primer ministro de San Vicente y Las Granadinas, recibió la presidencia pro tempore por el año 2023. En su agenda se destaca el interés por la mitigación y la adaptación al cambio climático, acompañado de recursos financieros provistos por los países del norte. Es conocido como promotor por la reparación de la esclavitud exigida al Reino Unido.

        En una zona paradisíaca del planeta, el Mar Caribe, pero azotada por huracanes de julio a octubre, se ubica San Vicente y Las Granadinas, un archipiélago de 30 islas e islotes cuyo primer ministro, Ralph Gonsalves, asumió la presidencia pro tempore de la comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) a fines de enero, cuando se realizó en Buenos Aires la VII Cumbre de esta organización de integración latinoamericana.

        Cuando se busca información sobre ese pequeño país (389 kilómetros cuadrados), lo primero que surge son páginas turísticas. Las fotos invitan a preparar las valijas rápidamente. ¿Los precios?

Luchar contra el imperialismo

        La incorporación de este territorio a la historia europea comenzó el 22 de enero de 1498 cuando Cristóbal Colón lo avistó y decidió bautizarlo con el nombre del santo de ese día: san Vicente. La historia dice que esa isla no le interesó porque no vislumbró grandes riquezas, así que siguió su singladura. A los que les interesaron estas islas fueron franceses e ingleses que lucharon entre sí y contra los nativos del lugar -los caribes- hasta que los inspiradores de las famosas películas de Errol Flynn se quedaron con San Vicente y Las Granadinas y bautizaron a su capital como no podía ser de otra manera: Kingstown o Ciudad del Rey.

        Los negreros ingleses exterminaron a los nativos, reemplazándolos por esclavos negros. Cuando los acontecimientos mundiales ya no daban para que conservaran sin vergüenza sus colonias caribeñas, la corona inglesa les fue concediendo “independencia” y a San Vicente y Las Granadinas les llegó en 1979, pero siguen formando parte de la Mancomunidad de Naciones, nombre actual del Commonwealth, por lo tanto tienen un jefe de Estado que es Carlos III (sucesor de Isabel II, recientemente fallecida) y un primer ministro que es Ralph Gonsalves, nacido en 1946, hijo de pequeños comerciantes descendientes de esclavos portugueses.

        Gonsalves se recibió de economista en la Universidad de las Indias Occidentales donde inició su vida política hasta llegar a presidente del Partido Laborista de Unidad, por el cual asumió como Primer Ministro de San Vicente y Las Granadinas en 2001. De tradición izquierdista, escribió varios libros sobre antiimperialismo, lo que condice con su oposición al intervencionismo de la OEA y su ladero Luis Almagro en los asuntos internos de los países suramericanos. Gonsalves es uno de los principales promotores de las reparaciones por la esclavitud que la Comunidad de Naciones del Caribe (CARICOM) exige al Reino Unido. En este aspecto, el flamante presidente pro tempore de la CELAC recordó (en entrevista con el portal Nodal) las palabras del arzobispo de Canterbury en 2007 cuando se conmemoró el 200 aniversario de la abolición del tráfico de esclavos: “Toda nuestra riqueza de que disfrutamos se construyó sobre las espaldas de los esclavos y su miseria y los descendientes de esclavos. Pero nosotros nos enriquecimos. Debemos hacer algo para trabajar juntos y reparar la herencia que dejamos de subdesarrollo”.

        El 95% de la población de San Vicente es afrodescendiente; Brasil tiene mayor población de origen africano que la propia Sudáfrica. En toda América Latina y el Caribe, son alarmantes los índices de pobreza, resultado de siglos de saqueo de los viejos y nuevos imperios. Actualmente, a la pobreza estructural se suma la vulnerabilidad frente al cambio climático, que afecta en especial a los países insulares y es provocada, desde la Revolución Industrial, por los países del hemisferio norte. Por esto, Ralph Gonsalves tiene por delante una ardua tarea de reivindicaciones que podría iniciarse para que el intercambio cultural, no turístico, sea posible entre los habitantes de esta región, tan desconocida (objetivo de los imperios) por nosotros mismos.

Por Mónica Carinchi