Indispensable modificar hábitos

Más del 50% de la población argentina tiene sobrepeso. Se puede ser delgado y tener exceso de grasa. El cuerpo necesita 4 comidas diarias, actividad física, dormir durante la noche. Las personas obesas tienen mayor riesgo cardiovascular.

        Según la OMS, la obesidad y el sobrepeso son una acumulación excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud. En todo el mundo, esta enfermedad va en aumento, incluso entre los niños. Hasta hace algunos años, la obesidad era considerada un problema de países ricos, sin embargo, actualmente también está presente en países de ingresos bajos y medios; la mayoría de los niños con sobrepeso viven en países en desarrollo. La expansión de la comida súper procesada, ¿tendrá alguna incidencia?

        En nuestro país, según datos oficiales, más del 50% de la población tiene sobrepeso, lo que aumenta el riesgo de diabetes, hipertensión arterial, enfermedades de hígado y riñones y muchas más.

        Como el 4 de marzo fue el Día Mundial de la Obesidad, hablamos con una médica nutricionista porque informar sobre el tema es básico para estar en alerta.

        “Actualmente hay muchos obesos porque el estilo de vida conduce a ello, grandes porciones de comida, cada vez nos movemos menos, se hacen muchos desarreglos en los horarios de las comidas”, informó Analía Yamaguchi, médica clínica, especialista en nutrición.

        La entrevistada definió la obesidad como una enfermedad crónica policausal y apuntó a que es causada por la falta de conductas saludables: “Hay gente que come una vez por día o hace desayunos intermitentes, no duerme de noche. El cuerpo necesita, por lo menos, 4 comidas diarias, desayuno, almuerzo, merienda y cena, espaciadas por 4 horas”.

        Es muy recomendable hacer actividad física, en todas las edades, por lo tanto, en lugar de auto, ¡a usar bicicleta!

        Refiriéndose a las mujeres, expresó que, cuando se entra en menopausia, “hay cuestiones hormonales que pueden aumentar el exceso de grasa. Hay que controlar esto con hábitos saludables y actividad física”.

        Para los adultos en general, la entrevistada recomendó ¡ojo con el alcohol! “Si van a tomar vino, la porción adecuada son 200 mililitros; para la cerveza, 400. Si se toma vino, no se toma cerveza”.

        En relación a los lácteos, sugirió consumirlos descremados; los niños deben consumir lácteos y las mujeres menopáusicas, también.

        Sabemos que los niños son un objetivo básico de la publicidad. “A los niños hay que sacarlos de las pantallas”, dijo la nutricionista. Los niños deben jugar con otros niños, treparse a los árboles, correr, disfrutar del aire libre. “Es muy importante que en los colegios haya kioscos saludables, o que se lleven las viandas de la casa, que las maestras enseñen qué es un plato saludable”.

        Asimismo, Analía Yamaguchi recomendó que “si el chico hizo algo bueno, no hay que premiarlo con comida porque la comida no es ni un premio ni un castigo. Si la asociamos con las emociones, cuando el niño pase por una situación de alegría o tristeza, va a querer comer. Hay que separar la comida de las emociones”.

Modificar hábitos 

        Analía Yamaguchi está totalmente en contra de las dietas porque no se sostienen en el tiempo, “hay que cambiar los hábitos”, insistió. Tampoco cree en los permisos de fin de semana porque “el permitido termina siendo dos días de atracón”. Con una mano en el corazón, ¿cuántos atracones de fin de semana puede contabilizar?

        La especialista aseguró que no hay alimentos prohibidos, porque “ningún alimento de por sí es malo, hay que comer porciones saludables. Por ejemplo, comer helado no es malo, pero el cuarto de helado no es una porción saludable”.

        Insistió en que la ingesta de comida debe ser variada y siempre en porciones saludables.

        Los malos hábitos alimenticios y el sedentarismo son un pasaporte a la obesidad. Estos hábitos se pueden modificar, siempre acompañados de profesionales.

        En el mes que se recuerda que la obesidad es una enfermedad que conduce a muchas otras, iniciar actividades físicas y consultar con una nutricionista puede ser el primer paso hacia la conquista de un cuerpo que no nos haga sentir mal.

Por Mónica Carinchi

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