Habíamos dicho en el primer mes de la cuarentena por la pandemia del COVID 19, que la calidad del agua de los ríos del Delta de Tigre había mejorado extraordinariamente. Y con ello la fauna, sobre todo, se manifestó notablemente activa. El aire también se sintió más limpio. Atribuible todo lo percibido a la paralización de la actividad industrial productiva, turística comercial y de circulación.
Fue una oportunidad para verificar lo que observamos, por todos los organismos municipales, provinciales y nacionales para prever una gestión ambiental para la salida de la pandemia con controles más eficientes que logren detener en origen los volcamientos. Esto no está ocurriendo a pesar de advertirlo a tiempo a las autoridades municipales y provinciales como resultado de la flexibilización sin control y ya, desde el 18 de junio de 2020, tenemos nuevamente nuestros ríos negros, pestilentes y con mortandad de peces. Vamos seguramente a superar la pandemia del COVID 19, pero esta pandemia (de la contaminación) la seguimos repitiendo.
Martín Nunziata
Integrante de Asamblea Delta y Río de la Plata
martindelaisla@gmail.com
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