Hacer música desde el cuerpo

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Emitir la voz naturalmente, con placer y alegría

Implementando el método Rabine, Daia Uktverys da sus clases de canto en Tigre; además es la cantante del grupo de candombe Negra Lugumba, que hace mover las caderas de todos los que escuchan.

 

Mientras que las técnicas vocales tradicionales, surgidas en los siglos 18 y 19, ponían el énfasis en el control de la respiración y la proyección resonancial, considerando a la mente como gobernante de lo corporal; en la actualidad, un método holístico – conocido con el nombre de su creador, Rabine – reconoce que la voz humana es producto de toda nuestra personalidad, por lo tanto la disposición corporal, como las emociones y pensamientos, condicionan la emisión de la voz. En definitiva, se canta como una unidad.

Si uno de los objetivos del cantante es la coordinación y crecimiento de los músculos respiratorios, fonatorios y articulatorios, el método Rabine postula que todos los músculos del cuerpo están relacionados, de modo que sólo es posible lograr el crecimiento coordinado de un pequeño grupo si todos los músculos restantes quedan involucrados en el proceso. Por esto, el movimiento corporal se integra al trabajo con la voz, utilizándose ejercicios de Feldenkrais, yoga, pelotas de Pilates o simplemente balanceos de las piernas, que  irán aportando información al alumno acerca de cómo funcionan sus distintos sistemas y así encontrará, en el mapa de su cuerpo, las claves para integrar todos estos aspectos al canto.

En la Casa de las Artes Tacuarí, Daia Uktverys utiliza el método Rabine en sus grupos de canto. “El método funcional de la voz integra el cuerpo al canto, apela a la creatividad de cada uno y permite que todo el mundo cante”, dijo la profe.

En el taller – de adolescentes y adultos – hace ensamble que “es bien distinto a un coro”, aclaró, y cada uno va recorriendo su propio camino, pues “la clase es muy personalizada, como el método trabaja la autopercepción, es necesario crear un vínculo con el alumno y ver qué necesita cada uno”.

Todos estuvieron de acuerdo en hacer música popular – la especialidad de Daia. “Es interesante volver a las raíces, nuestro folclore es muy complejo, hay que estudiarlo muy bien. Hay un resurgimiento desde hace unos 10 años, una renovación folclórica y yo me siento parte de ella”, dijo la joven, que, además, canta en el grupo Negra Lugumba, una banda de candombe rioplatense.

“En este momento estamos en laboratorio, investigando con el grupo las raíces afro-argentinas, porque hay un candombe argentino que se llama guariló. Como los negros argentinos fueron aniquilados, quedó muy poca cultura africana, pero uno de nuestros percusionistas, Andrés Bustos, investiga el tema”. Además están creando repertorio propio, viendo temas de Piazzolla “para fusionar y, por supuesto, cada vez que nos presentamos, hacemos temas de Jaime Ross, Zitarrosa, murga uruguaya”, comentó Daia, que, mientras canta – como auténtica difusora del método Rabine – balancea su cuerpo al compás de la música.

Entre clase y clase de canto, Daia se está preparando para “intervenir en una escultura sonora de León Ferrari” que será expuesta en Tecnópolis, el gran museo al aire libre que funcionará en Villa Martelli.

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