Esgrima Samurai: Actuar con calma en medio de la tormenta

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Los sábados, entre las 15 y las 18 hs., es posible practicar iaido en el Club Tigre Juniors (Cazón 646). Tanto hombres como mujeres comparten el dojo y van adquiriendo habilidad en el manejo de la katana, destreza física y dominio de la mente.

 

        A las ya habituales clases de karate, el Club Tigre Juniors (Cazón 646) ha sumado el iaido o esgrima samurai, a cargo del Sempai Darío Vega.

        El iaido se desarrolló en Japón a partir del siglo 16, entre una elite dedicada a la guerra. “La diferencia con el esgrima occidental es la eficacia”, dijo Darío, es decir que, cuando el samurai desenvainaba su espada, lo hacía para iniciar y terminar, simultáneamente, el combate. Como en la actualidad no se va por la calle con una katana para dirimir las dificultades de la vida cotidiana, Darío explicó que esta práctica “busca la tranquilidad frente a la adversidad, se enseña a actuar con calma en medio de la tormenta”.

        Manejar un arma requiere equilibrio físico y mental, por eso en las clases se enseña cómo pararse, cómo girar, también a estar atentos porque “los ataques pueden venir de cualquier lado” o sea que hay que desarrollar la capacidad para percibir de dónde viene el enemigo.

        El acercamiento al uso de las armas es progresivo: primeramente se utiliza el boken, espada de madera; luego de un  tiempo de práctica, se usa una espada sin filo y, finalmente, se maneja la katana. La curvatura de este sable le otorga la capacidad de realizar un corte tangencial a su trayectoria, sin quedar bloqueado. “La espada japonesa está considerada como una de las armas más eficaces sobre la tierra. Practicar estas técnicas conlleva una responsabilidad muy importante. Tenemos un lema, ‘ganar una batalla sin desenvainar’, es decir que debemos ganar con la inteligencia, con la diplomacia, porque en el momento en que se desenvaina, es a todo”, advirtió el Sempai.

        Llevados por las fantasías de Hollywood, muchos jóvenes llegan a los dojos para convertirse en un shogun, pero “al empezar la práctica, encuentran que hay un entrenamiento físico muy repetitivo. Nuestra forma de entrenamiento es el desgaste físico y recién después se emplea la técnica”.

        La postura de seiza – sentarse sobre las rodillas – es una práctica típica de este arte marcial: “Los japoneses están habituados a esta postura, la usan para comer, para tomar el té. Nosotros tenemos que acostumbrar las articulaciones, pero es posible”, alentó Darío y acotó que la práctica se adapta a las condiciones de cada uno, “el que no puede sentado, practica de pie”.

        Si bien la actividad es grupal, Darío señaló que “el iaido es muy solitario, uno imagina un enemigo y resuelve el ataque; luego, cuando se es un alumno avanzado, se lucha con uno mismo”.

        Sin dudas, el iaido nos enseña que la conquista de uno mismo es la mejor victoria.

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