Los años pasan pero para el Prof. Daniel Vélez, su enseñanza de Gesto Técnico con Pelota sigue vigente. El ex jugador de River circuló por varias instituciones barriales ofreciendo su conocimiento deportivo; actualmente se lo encuentra en el Club Tigre Juniors, en el Deportivo Tigre, en el Complejo Tiempo Extra de la localidad de Pilar y en diciembre próximo abriría las puertas en el Canottieri Italiani.

Sentado en un lateral de la cancha del Club Tigre Juniors (Av. Cazón 646), encontramos al Profesor de Gesto Técnico Daniel Vélez. Rodeado de chicos que le preguntan una y otra cosa, entre montones de casacas y pelotas, con algún padre merodeando cerca para consultarle qué requisitos son necesarios para ingresar a su hijo, que, a su lado, le tira de la remera pidiéndole ansioso ingresar a la cancha para jugar, Daniel también recibió la visita de Actualidad; y sin desatender a sus alumnos, se sometió a varias de nuestras preguntas que reproducimos en esta nota.

¿Cuántos años hace que estás con la escuela? – “Ya estoy cumpliendo 14 años con mi escuela de fútbol. Empecé en el Club Glorias, allá por noviembre del 2001; al mismo tiempo me recibía como director técnico nacional de fútbol”.

¿Cómo llegaste hasta aquí con este método no frecuente en la mayoría de los docentes futboleros? – “Preparándome todo el tiempo que puedo, estudiando, leyendo y aprendiendo mucho de los chicos. Desde que empecé con mi doctrina, me fui alejando poco a poco de lo que es la competencia para asentarme en lo que es la formación. Siempre consideré primordial las bases técnicas por sobre la competición en un niño. Lo mío es una mezcla de los viejos potreros de barrio, inferiores de River, sus maestros, pasión por la docencia y la influencia de mi querido viejo, “El Tito” Vélez, que en paz descanse. Me repetía hasta el cansancio que lo verdaderamente importante en un niño no son los triunfos, sino el crecimiento técnico y conceptual del juego. Mucho de mi trabajo se ha basado y enfocado a lo largo de estos años en eso”.

¿Cuál es la diferencia entre tu escuela y una tradicional de fútbol? – “En el formato de las clases y la importancia que siempre le he dado a lo recreativo formativo, por sobre lo competitivo. Mis escuelas no compiten, no participan en campeonatos, mis alumnos son estimulados a mejorar cualidades individuales, el acondicionamiento de perfiles, el desarrollo de gestos técnicos para el manejo del balón con ambas piernas. Son instruidos mediante charlas técnicas, con y sin pizarra”.

¿Hay garantías de que el chico aprenda a jugar al futbol? – “Sí, las hay, ya que todo lo que sea un juego y sobre todo divertido, el niño lo va a aprender y cuanto más se divierte, más lo aprende, lo entiende en su concepto, lo juega cada vez mejor, un poco lo que necesita cualquier niño para crecer”.

¿Cómo es un día de práctica? – “Siempre son dos turnos divididos por edades. Los alumnos tienen que traer una pelota cada uno para la primera parte de cada turno donde realizamos gestos técnicos, tanto para jugadores de campo como para los arqueros. En este punto, ya me ayuda y está haciendo sus primeros pasos mi hijo Rodrigo, como así también en los trabajos de fundamentos con pelota como conducción, manejo, control dirigido y remates. En todas las clases doy charlas instructivas con o sin pizarra sobre concepto del juego, acción y circunstancias, para que el alumno piense y conceptualice el “cómo”, el “por qué” y el “para qué” de lo que requiere cada participación en el mismo”.

¿Cuáles son los requisitos? – “Chicos o chicas tener entre cinco (5) y quince (15) años de edad. La escuela es mixta (Siempre lo fue), durante el año, vienen nenas a aprender, las cuales se integran muy bien a sus compañeros varones, eso sí, cada nena tiene que venir acompañada por un mayor responsable durante el desarrollo de cada clase”.

¿Con cuántas categorías estás trabajando? – “En mis escuelas no separo por categorías sino por edades, siempre son dos turnos, los alumnos de 5 a 9 años de edad en los primeros turnos y los de 10 a 15 en el segundo”.

¿Existe algún club que ponga los ojos en los chicos que vos instruís? – “Tengo chicos que incursionan en el baby fútbol zonal, que vienen a mí a mejorar sus condiciones. Son del Club San Roque, el Deportivo Tigre, San Martín, ligas de fútbol once como el Club Atlético Tigre, Platense… hay una buena aceptación de River que está observando un joven del 2001 salido del riñón mismo de mi escuela (Jeremías Rojas) y esto gracias a la buena predisposición por parte de Juanjo Borrelli, quien se desempeña en las infantiles del club “Millonario…”. Después cada uno va forjando su destino, por nombrar algunos, hoy son una realidad ex alumnos como Esteban Pipino, ex Tigre, Austria, actualmente está jugando el regional en la primera de Atlético Pilar; Diego Ursino a punto de firmar contrato en la primera de Tigre; Diego Martínez, ex primera de River está actualmente en el Patronato de Paraná, uno de los punteros del Nacional B y muchos más a los que Dios guía sus pasos”.

¿En qué lugares estás? – “Estoy en tres sedes y a punto de abrir una cuarta en diciembre si todo sale bien. Lunes y jueves de 17 a 21 hs., en el Club Deportivo Tigre (Uruguay y Ruperto Maza); los martes de 17 a 20 y los sábados de 16 a 19 hs. en el Club Tigre Juniors; también los sábados de 10 a 13 y miércoles de 17 a 20 hs. en el Complejo Tiempo Extra de la localidad de Pilar. Es un hecho la apertura de la cuarta sede en diciembre en el Club Canottieri Italiani los días viernes y domingos”.

Hace 14 años que Daniel Vélez hace docencia deportiva y en todo este tiempo, de cara a los chicos, ha enseñado habilidades con el balón, pero lo más importante a tener en cuenta, es el ejercicio constante en cada pequeño individuo en aprender buenos valores y costumbres. “Aprendí que son ellos lo más sagrado y extraordinario que tenemos en esta vida, por eso en la indumentaria que representa a mis escuelas de fútbol se puede leer: Mateo 19:14, un versículo bíblico que dice: ‘Dijo Jesús: Dejar a los niños que vengan a mí, no se lo impidan, pues es de ellos el Reino de Dios’; y con eso está todo dicho”.