Guiar al niño con autonomía y responsabilidad

Un centro educativo basado en la pedagogía Montessori. Fundadora del Centro de Investigación Delta Montessori, la Lic. Karina Otero explica las premisas de este método. Para acompañar al niño en sus primeras búsquedas, implementa talleres para madres con sus niños y también para embarazadas. Para solicitar información www.deltamontessori.com

 

Mientras el Ministerio de Educación de la Nación pretende mejorar la educación a través de la implementación de un múltiple choice diseñado en el país del norte – donde los profesionales de la educación ya lo han rechazado por su inutilidad – quienes están realmente preocupados por los niños buscan y ponen en práctica métodos que ya han demostrado ser eficientes para acompañar el crecimiento intelectual y emocional de los pequeños.

Así lo hace la Lic. Karina Otero, fundadora del Centro de Investigación Delta Montessori. “Esta investigadora italiana observó que los niños no son seres vacíos, sino que traen consigo un montón de potencialidades que irán aplicando según las oportunidades que se les den. Por eso es muy importante para esta pedagogía armar un ambiente donde al niño se le presentan objetos y él decidirá cuál tomar. Y esto es lo más difícil en la vida: tomar decisiones”.

En el método Montessori, la madre o quien esté al cuidado del niño tienen un rol importante ya que deben observarlo para ofrecerle lo que necesita para su desarrollo. Por esto, el Centro de Investigación inició sus actividades con un taller para madres y padres. “Es importante que las madres vivencien el crecimiento de sus hijos, que se conecten con ellos. La actividad se realiza en un ambiente preparado en el cual el niño puede desenvolverse con libertad. La madre observa e interviene si el niño puede lastimarse o lastimar a otro o romper el material. Es decir que la premisa es observar para ver cuándo hay que intervenir”, explica Karina.

La sencillez del método permite que se pueda aplicar en el hogar; sin lugar a dudas, los niños necesitan la presencia de los padres, que en este caso, se transforman en guías atentos a las inquietudes de los hijos. “Montessori considera que hay tendencias en el ser humano, al orden, a buscar puntos de referencia, al lenguaje. Entonces los guías deben estar atentos para ver en qué momento está el niño”.

A los pequeños hay que darles la posibilidad de experimentar, por eso en el Centro de Investigación Delta Montessori, todos los materiales están expuestos para que ellos puedan utilizarlos, respetando determinados pasos, ya que no se debe ofrecer algo antes de tiempo porque es frustrante. “El niño va exactamente hacia lo que necesita en cada momento. No hay que obstinarse con que elija un objeto porque en ese caso pueden aparecer berrinches. Puede ser que el niño quiera una pelotita para pasarla de mano en mano porque está practicando coordinación y la madre quiera que juegue con un osito. No, hay que dejarlo a él que elija. Por supuesto que si quiere jugar con un cuchillo, se le saca directamente”.

El método Montessori recomienda mostrar para qué sirve cada objeto y, además, hablar con los niños: “Ellos escuchan y hay que ayudarlos a verbalizar sentimientos. Hay que conectar con la mirada, bajar a su altura y hablarles. No se debe gritar porque ellos copian”.

La confianza de la pedagoga italiana en los niños la llevó a decir: “Si la ayuda y salvación han de llegar, sólo puede ser a través de los niños, porque ellos son los creadores de la humanidad”. Entonces hay que recordar que el niño, que será el hombre del mañana, se construye con lo que se le da los primeros años de vida. “El niño absorbe todo, lo bueno y lo malo, por eso es muy importante lo que se le muestra”, precisa Karina, quien desarrolla estos temas con las madres y padres que se acercan al Centro Delta Montessori.

A los niños se los acompaña en actividades que van de lo simple a lo complejo, en 4 áreas: práctica, sensorial, matemática, lengua. Todos los objetos que se utilizan, están hechos con materiales nobles: madera, telas, vidrio; no se trabaja con plástico. Asimismo, como esta pedagogía educa en el amor a la vida, en la sala hay plantas que el niño cuidará. “El niño es un pequeño científico, mira un bichito o una hoja con interés y asombro, no debemos aislarlo, por lo tanto, de la Naturaleza”, recalca Karina.

Para que el niño pueda registrar sus emociones, pueda poner palabras a sus sentimientos, pueda descubrir el mundo que lo rodea, los padres y madres deben estar atentos a ellos y a sus propias emociones, por lo cual la Lic. Karina Otero propone la realización de un taller para embarazadas. “En el taller nos preparamos para recibir al bebé. Se habla de las alegrías y también de las angustias, de cómo ayudar al bebé en sus primeras percepciones y muchos temas más”.

Porque educar a un niño es construir futuro, Karina Otero acompaña a padres y niños con un proyecto educativo basado en la pedagogía Montessori.

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