¿Qué es la “bioeconomía”?

Un modelo de desarrollo que utiliza recursos, procesos y principios biológicos con el fin de producir alimentos, energía y servicios de forma sustentable.

        A partir de los objetivos de desarrollo sostenible propuestos por la ONU para el 2030, las economías mundiales apuntan a la “bioeconomía”, un modelo de desarrollo que utiliza recursos, procesos y principios biológicos con el fin de producir alimentos, energía y servicios de forma sustentable. La Argentina, por su posición estratégica en el mercado mundial de alimentos, la diversidad de recursos y la capacidad tecnológica, se encuentra frente a una gran oportunidad para desarrollar este proceso productivo que le traería importantes beneficios, como el desarrollo regional, el agregado de valor en origen, la generación de empleo y la entrada de divisas, producto de las exportaciones.

        Según un informe de abril de 2019, del entonces Ministerio de Producción y Trabajo, sobre la situación de la bioeconomía en la Argentina, nuestro país se encuentra en un lugar privilegiado gracias a la biodiversidad que presenta y a que es un importante productor de biomasa, que es la materia orgánica que surge de las plantas, los animales y distintas actividades humanas y que sirve como fuente de energía.

        Desde 2017, las exportaciones de productos surgidos de la biomasa (biobasados) representaron el 67% del total de las exportaciones del país, generando más de 86 mil millones de dólares, el 16,1% del PBI de la economía, mientras que el empleo bio alcanzó los 2,47 millones de puestos de trabajo directos, lo que significó el 12% del total de puestos de trabajo de la economía nacional.

        La bioeconomía se extiende a distintos sectores productivos, todos generadores de productos exportables, no solo el agropecuario que es el que genera la biomasa, sino también al agroindustrial, la industria alimentaria, la pesca y la acuicultura, la industria del papel y la madera, la bioquímica, bioplásticos, bioenergía y la industria biofarmacéutica, entre otros.

        Del total de las industrias bio, sobre datos de 2017, los biocombustibles, como el biodiesel que se extrae del aceite de soja, el bioetanol de la caña de azúcar y maíz, y el biogas, aportaron un 2% de la bioeconomía y el 98% quedó representado en otros biobasados como la madera, pulpa y papel, en un 15,4%; el textil con 8,3%; química verde 8,4%; aceites vegetales en un 6,5%; cuero y derivados con un 2,3% y alimentos y bebidas con 57,1%, según menciona el informe citado anteriormente.

        Dado los sectores que involucra, la bioeconomía se convierte en un factor importante para el desarrollo económico del país. De la totalidad de los sectores directos que participan en esta cadena de valor, tanto el eslabón primario como el industrial son importantes, de este modo, “la producción de biomasa contribuye con el 49,6% del total y el 50,4% restante corresponde a la industria manufacturera y biogas (6,8% del PBI)”. Además, se suman los sectores asociados para las etapas de comercialización, transporte y logística, que ayudan a generar otros puestos de trabajo.

        Por otra parte, el documento expresa que “no todo el valor agregado industrial se genera en los sectores de manufacturas de origen agropecuario (MOA). En efecto, si bien estos sectores generan el 67% del total del valor agregado de la industria bio (33,7% del total de los sectores directos), las ramas de manufacturas de origen industrial representan el 33% restante, 16,7% del total del eslabón directo”.

Por Elizabeth Pontoriero

Agencia Paco Urondo

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