TBA odia la naturaleza

Investigadores advierten sobre las consecuencias devastadoras del cambio climático. Ignorando brutalmente las recomendaciones de investigadores y el clamor de la ciudadanía en general, TBA destruye enredaderas y arranca árboles ubicados en los enrejados que, supuestamente, le pertenecen. La mugre que se junta alrededor del enrejado, no le interesa.

        El informe presentado el 9 de agosto por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de ONU advirtió que el cambio climático es generalizado, rápido y se está intensificando y que son las actividades humanas las que lo provocan.

        Entre las consecuencias del cambio climático, se encuentran las sequías, inundaciones, lluvias torrenciales, olas de calor.

        ¿Es posible hacer algo para aminorar estos desastres? Sí, y cuidar el arbolado público y todos los espacios verdes es fundamental para mitigar los efectos del cambio climático que pueden ser devastadores.

        En este contexto de crisis climática, entonces, los árboles son fundamentales porque son sumideros de carbono, o sea que absorben carbono, por lo tanto, hay menos en la atmósfera, siendo la forma más común de éste el dióxido de carbono, componente central del efecto invernadero.

        Además de capturar carbono, los árboles equilibran la temperatura (el calor es cada vez más agobiante), refrescan y depuran el aire, regulan la humedad, moderan los vientos. Son asimismo hábitat de aves y murciélagos, indispensables para combatir a esos insectos que tantos nos molestan: los mosquitos.

        Por todos estos servicios ecosistémicos, los árboles de la ciudad deben ser cuidados e, incluso, deben existir permanentemente programas de forestación. Sin embargo, las arboledas públicas son tenidas en cuenta sólo para su destrucción.

Destrucción sistemática

        ¿Es posible que tengamos que estar defendiendo nuestros árboles cuando son tantos los servicios ecosistémicos que aportan?

        No existe una gestión específica del arbolado (por supuesto, si se trata de destruirlos, sí existe) y tampoco hay entendimiento de la situación climática extrema: no sólo se han deforestado millones de hectáreas de bosques nativos en todo el país, en las ciudades se podan destructivamente los árboles de veredas y espacios verdes; lo hacen tanto los municipios como TBA.

        ¿Por qué TBA se empecina en talar todos los árboles que están apoyados sobre los alambrados? ¿Por qué arranca todas las enredaderas? ¿Por qué destruye todo lo verde y deja plásticos, papeles y toda la basura imaginable? ¿La basura no les molesta?

        No hay justificación para la destrucción provocada por TBA. ¿Por qué la actual gestión continúa con el negociado de la poda y la tala?

        Existe una práctica destructiva que se ha permeado en todos los organismos públicos y empresas del Estado: se talan o mutilan árboles o simplemente se los deja morir al no darles los cuidados que necesita todo organismo vivo.

        Antaño, la buena práctica era forestar, actualmente el neoliberalismo ha logrado que todo sea transformado en pesos y en eso también incluyó el negocio de la poda y la tala. El dinero no provee oxígeno y la crisis climática no discrimina.

Por Mónica Carinchi

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