Donar sangre es re-positivo

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Nuestro organismo la produce, nuestro corazón la ofrece

El 9 de noviembre es el Día Nacional del Donante de Sangre en conmemoración a la primera transfusión en el mundo realizada por el Dr. Luis Agote en el Hospital Rawson.

 

Los tratamientos contra el cáncer, las cirugías complejas, los transplantes de órganos, serían imposibles sin la donación de sangre. Este es un elemento vital que no se puede fabricar; la única forma de contar con ella es que las personas la donen de manera voluntaria.

La sangre donada es sometida a pruebas y procesos; se analiza para determinar el grupo y el factor; se fracciona en sus componentes (glóbulos rojos, plaquetas, plasma, crioprecipitados). Así, el paciente sólo recibe el componente que necesita y una sola donación ayuda a varias personas a la vez. Por este motivo, cuando se dona sangre en una emergencia, se llega tarde, ya que, desde el momento que se extrae hasta que se puede usar, pasan 24 horas. Entonces, es necesario aportar a los bancos de sangre antes de que aparezca la urgencia puesto que, quizás, mañana sea usted mismo quien la necesite.

La donación de sangre no presenta riesgos para el donante, pues el material que se utiliza es estéril y descartable. Antes de la extracción, al donante se le realiza una entrevista confidencial y estudios clínicos. Pueden donar hombres y mujeres mayores de 18 años, que pesen más de 50 kilos y gocen de buena salud. Los hombres pueden donar 5 veces al año y las mujeres, 4.

Si todas las personas que están en condiciones de donar sangre lo hicieran, no habría necesidad de solicitar donantes en condición de urgencia. Quien quiera donar sangre puede concurrir al Departamento de Hemoterapia del hospital más cercano.

 

El 9 de noviembre se celebra el Día Nacional del Donante de Sangre. Ese día, en 1914, en el Hospital Rawson de la Ciudad de Buenos Aires, el Dr. Luis Agote logró por primera vez en el mundo la técnica de transfusión de sangre mediante citrato de sodio, método que evita la coagulación. Antes de este aporte, no podía conservarse sangre en ningún recipiente para utilizarla con posterioridad, ya que – fuera de los vasos sanguíneos – la sangre se coagula.

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