“El único deporte que tiene sus insumos construidos en el país es la náutica”

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Museo Náutico Argentino busca un lugar para recalar

Desde la década del 90, vienen recuperando material náutico que van exponiendo cada vez que se les presenta una oportunidad. Necesitan 1500 m2 cerrados para instalar el museo. Para contactarse con ellos  museonauticoargentino@gmail.com

 

La ciudad de Tigre está unida a la vida náutica, aún antes de su constitución como tal: el arroyo Espera se denomina así pues allí esperaban las carabelas que crecieran las aguas para salir al Río de la Plata; en el río Reconquista desembarcó Liniers para organizar la reconquista de Buenos Aires; en los astilleros de estas costas se construyeron las primeras lanchas de competición.

Tanta relación con los barcos generó deportistas, aficionados, amantes, en definitiva, del atrapante mundo de la náutica, que se reunieron en la década del 90 para formar un museo motonáutico, pero “hace 5 años, cambiamos el nombre para abarcar toda la náutica, ahora nos llamamos Museo Náutico Argentino”, explicó Juan Baader, integrante de la comisión directiva.

“Abarcamos remo, canotaje, motonáutica, modalismo naval, esquí acuático. Tenemos lanchas, motores, fotos, documentación. Necesitamos 1500 m2 cerrados para exponer todo el material”, comentó Juan Zamora, quien destacó que las lanchas antiguas deben ser resguardadas de la intemperie.

Aún sin tener una sede permanente, todos los colaboradores del museo están “atentos a un astillero que cierra o a un señor mayor que muere” para rescatar todas las reliquias que puedan poseer, antes de que herederos desaprensivos arrojen a un contairner o a las llamas los precisos objetos.

Asimismo, el Museo está presente en todas las muestras de CACEL; han expuesto en el Museo de San Fernando, en el Museo del Automóvil, se los convoca como jurado y ellos mismos han entregado diplomas a personas mayores de 80 años vinculadas con la náutica, “no sólo a pilotos, también a carpinteros y mecánicos”.

 

Restaurando historia

“Acabo de encontrar, arrumbado en un taller, el último motor con que gané el campeonato en el 84. Lo reconocí por el color”, lanzó al aire, entusiasmadísimo, Germán Barbot, cuando se incorporó a la conversación.

Entre los objetos más interesantes que tiene el Museo, se destaca una lancha “encontrada en Villa La Ñata, de las primeras de plástico hechas en el país, incluso en Sud América, durante el gobierno de Perón. La tenía un señor, tirada, sin saber lo que tenía”. Como estos casos son muy comunes, Juan pidió que “todo aquel que tenga material o conozca que hay alguna pieza abandonada” se ponga en contacto con el Museo.

Muchas de las piezas que van encontrando deben ser reconstruidas pacientemente, “a veces para poder armar un motor hay que comprar 5 hasta tener todas las piezas”, explicó Germán, quien restauró una lancha de plástico de Astilleros Pagliettini que usó en Europa y actualmente está trabajando sobre una Canestrari Avan 550, que encontró tirada.

Por ahora, el galardón de mayor antigüedad se lo lleva una Mojarra que es “una lancha que diseñó Oscar Pagliettini para un concurso de diseño hecho por el Club Motonáutico en el año 50”, recordó Baader, “vamos encontrando motores de principios del siglo XX. Estamos recuperando lanchas que tuvieron actuación destacada y en la medida en que tengamos un lugar definitivo, iremos restaurándolas”. Y recalcó: “La finalidad del Museo es que no se pierda la historia de la náutica”.

Una de las tareas que han emprendido es la realización de un libro sobre la historia de la motonáutica entre 1905 y 1985: “Estará terminado para abril. Tiene más de 400 fotos. Tenemos mucha documentación, testimonios y datos que se conocen muy poco, por ejemplo, que el salvavidas circular que tenía el globo de Eduardo Newbery cuando se perdió en el Río de la Plata era de la lancha Pampa que perteneció al barón de Anchorena. También que Manuel Echegoin, un argentino radicado en París, 5 veces campeón del mundo, diseñó y construyó sus propias lanchas y también sus motores. Él y yo somos los dos únicos argentinos que ganamos el trofeo John Ward, el más antiguo de la motonáutica”, contó Germán.

 

Viento en popa

“Argentina tuvo astilleros que hacían embarcaciones competitivas a nivel mundial. Hoy mismo se están exportando cruceros a Europa y Brasil y lanchas de carrera a los Emiratos Árabes”, señaló Baader, quien, con orgullo, destacó: “El corredor de lanchas que viaja al exterior va con una lancha diseñada y construida en Argentina; los veleros argentinos que se destacan en el exterior son construidos aquí. El único deporte que tiene sus insumos construidos en el país es la náutica”.

Durante la época de devastación nacional esta actividad también se vio afectada, ya que “en lugar de fabricar lanchas, se empezaron a importar. Eso hizo que cerraran las escuelas industriales, por este motivo ahora Prefectura no consigue técnicos para controlar la fabricación de embarcaciones, entonces, por ejemplo, la matriculación viene lentísima por falta de personal técnico. Ahora todo se está recomponiendo, este año se reabrió la especialidad naval en el industrial de San Fernando. Además, los alumnos que van a la escuela de carpintería naval del colegio Don Orione están subsidiados por CACEL porque necesitamos carpinteros especializados”, explicó Juan.

El Partido de Tigre ha tenido un lugar destacado en la historia de la industria naval, pues “muchas lanchas de competición salieron de aquí”, aseguraron. Por este motivo, los integrantes de la institución tienen la idea de “instalar el Museo en Tigre, en un lugar donde vaya mucha gente. La zona del camino de los remeros es una posibilidad, también el predio donde está el parque de la costa”. Si bien han tenido una reunión con gente de la Secretaría de Promoción Comunitaria, aún no han recibido respuesta. Esto no impide que sigan recolectando material: “Nos han donado un astillero chiquitito, de la isla, nuestra idea es recrear un astillero antiguo”, dijo Juan Zamora. Es decir que el Museo tendría, también, una función educativa: “Estamos en condiciones de realizar visitas guiadas, charlas. Además, los estudiantes que hagan la especialidad naval, podrían hacer sus prácticas en el Museo porque hay muchas lanchas para restaurar. De esto ya hay un ejemplo en San Isidro donde tienen una escuela de recuperación de automóviles antiguos”.

“Nuestra ilusión es tener un museo como el de Fangio, pero eso es muy difícil; podemos hacer algo más modesto, pero muy útil para la comunidad”, remató Germán.

Existe una tendencia mundial de recuperación de la historia, porque el ayer no es pasado, es: identidad, tradición, orgullo, convergencia social. Por esto, esperamos que el próximo 18 de mayo, Día Internacional de los Museos, podamos visitar en Tigre el Museo Náutico Argentino.

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