Sustentable y pública

, Municipio Tigre

La Secundaria Isleña Sustentable ya tiene su predio sobre el río Sarmiento. El Municipio de Tigre dispuso que el predio del antiguo club Juventud Isleña sea utilizado para la construcción de una escuela sustentable. Un grupo de mujeres isleñas lleva adelante este proyecto que además tendrá un sector para talleres y oficios.

        El famoso arquitecto Antonio Gaudí anticipó, a principios del siglo 20, que el gran libro que deberían leer los arquitectos es la naturaleza. Desde hace unos años, esta recomendación no sólo hizo eco en algunos arquitectos, fundamentalmente repercutió en ciudadanos sensibles que advierten la insalubridad de vivir entre cemento. Más aún, despertó la contradicción “de estar hablando del cuidado del ambiente en una escuela cuyo edificio lo niega”, puntualizó Violeta Micotis, profesora de la secundario n° 12 del río Sarmiento.

        Docentes y madres de estudiantes comenzaron a soñar, hace 10 años, en una escuela sustentable donde todo lo que se estudiara en teoría, pudiera vivirse en la escuela. Y como no querían que sus sueños pasaran como botecitos de papel, se organizaron y trabajaron con persistencia: redacción de proyectos, entrevistas, encuestas, trabajos de campo. “Fue un trabajo de muchos pasitos, de muchas reuniones, de mucho hablar, hasta que un día, unas compañeras lo encontraron al intendente en un evento, le explicaron a él directamente y entonces decidió recibirnos”.

        Salteados los intermediarios, de cuyas boquitas lo único que sale, es “no se puede”, lograron no sólo demostrar que conocían el territorio y sus necesidades, sino también entusiasmar. “Ahí empezaron a confiar en nosotras y nos dijeron que, si podíamos hacernos cargo del proyecto, ellos ponían el terreno”, contó muy ilusionada Violeta.

        El pilar del proyecto es que la escuela será pública: “No queremos armar un gueto, queremos que la escuela de todes les pibes isleñes sea modélica, sea hermosa, para que ahí confluyan muchas miradas diferentes. Y esto es algo que sólo ocurre en la escuela pública”.

Continuar una tradición

        Actualmente, este grupo de isleñas se está conformando como asociación civil que se llamará Juventud Isleña. El nombre no es azaroso: el predio que les otorgó el Municipio pertenecía al Club Juventud Isleña.

        “Fue un club social y deportivo que está caído desde hace mucho tiempo. Para nosotras es muy importante recuperar ese lugar que fue pensado para la juventud de la isla y eso no cambiará”.

        En el lugar perdura una cancha de fútbol que será espacio deportivo y una cancha de padle que tiene el terreno levantado por lo cual se usará como comedor. “En la construcción sustentable, lo que ya está se aprovecha”, aclaró Violeta, quien informó que la cooperativa de arquitectos y ambientólogos Asuma armó el diseño. La escuela sustentable será una construcción isleña con iluminación solar, colectores de agua de lluvia, espacios exteriores en cada aula para poder trabajar al aire libre y “una biblioteca soñada que mira al cañaveral”. Por todo esto, Violeta está convencida de que “será hermoso trabajar ahí”.

        Esta escuela será cedida a la provincia; habrá, además, una parte del predio, municipal donde se harán talleres. “Les estudiantes tendrán la posibilidad de formarse en arte, en oficios, es decir en actividades que la escuela común no ofrece y que a nosotras nos parecen importantes”.

        Asimismo, al proyecto original se sumó un espacio maternal “para acompañar la formación de estudiantes jóvenes y adultas con niñes”.

        Cuando la escuela sustentable esté terminada, todos estarán más cómodos: el secundario, el cens y el maternal funcionarán en el nuevo edificio y la primaria quedará en el viejo. Entonces, en una y otra margen del río Sarmiento, las y los estudiantes soñarán nuevos proyectos.

Por Mónica Carinchi

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