Entre el reclamo y el bicicleteo

, Sociales

Villa La Ñata, donde la iniciativa vecinal está prohibida. Hace años, el Municipio de Tigre plantó un cartel de futura plaza en un predio supuestamente cedido para tal fin. El lugar sigue siendo un pastizal lleno de escombros. Los vecinos han hecho miles de gestiones para la concreción de la plaza. La respuesta fue: malos tratos, mentiras, toma de pelo. Últimamente surgió otro problema: toma de un predio, que hace menos de un mes sufrió un incendio. El gran temor: posibilidad de que esa zona de bañados sea vendida para un nuevo barrio cerrado.

 

Hasta hace muy pocos años, Villa La Ñata era un pueblo apacible, buscado por aquellos que querían vivir alejados de los ruidos y costumbres citadinas. Pero la manía de algunos funcionarios por querer transformar todo en un centro turístico – comercial, hizo que el lugar comenzara a perder parte de su encanto.

Por supuesto, no hay que olvidar que el hecho de ser un lugar apartado, y casi encerrado, también permite que algunos predios se hayan utilizado (¿y aún se utilizan?) como basurales a cielo abierto, desde luego clandestinos; en marzo de 2008, la OPDS realizó un operativo – en el que participaron Antonio Grandoni en su calidad de Secretario de Inversión Pública y Leticia Villalba, Directora Gestión Ambiental – cerrando dos predios (ver elcomercioonline.com.ar, 29/03/2008). ¡Qué tristeza que 8 años después, los vecinos sigan denunciando la existencia de estos mismos basurales!!!

La paz bucólica no sólo es alterada por el mal olor: los vecinos también se opusieron a la creación del paseo comercial. “No se hizo audiencia pública, no se presentó declaración de impacto ambiental”, contó Verónica Engler. “Hicimos una gran asamblea a la que vinieron funcionarios municipales, les presentamos una serie de reclamos, quedaron en volver y cuando volvieron, trajeron un mensaje de (Sergio) Massa: ‘En Tigre no se gobierna por asamblea’”. Otra vecina sintetizó: “No tuvimos buenas experiencias con el Municipio”.

Finalizando el 2016, los vecinos se acercaron a este medio para exponer otro hecho que también lleva años de reclamos y promesas: la plaza el pueblo.

 

¿Será el regalo de los Reyes Magos?

Desde hace años, el Municipio de Tigre colocó un cartel de realización de la plaza de Villa La Ñata, en un predio que, supuestamente, fue cedido con ese destino. Últimamente, el ex delegado del lugar, Hugo Cerrillo, dijo que el predio debe ser expropiado por el Municipio, razón por la cual están impedidos de hacer la plaza. ¿Para qué pusieron el cartel, entonces?

Un grupo de voluntariosos vecinos se puso al hombro la causa de la plaza y comenzó las tratativas directamente con funcionarios y concejales, ya que el ex delegado Hugo Cerrillo “nunca hizo nada, además es una persona que habla mal, no escucha, es un irrespetuoso”, dijo Laura.

Interesados en que la plaza tenga identidad local, los vecinos armaron una propuesta que fue expuesta a Eduardo Taboada, que se apersonó en el predio. “Le presentamos un plano que refleja los intereses de los vecinos: canteros con plantas nativas, preservar las acequias y ponerles muellecitos de madera, área de juegos sustentables para los más pequeños, lomadas que recuerdan al albardón, donde los chicos juegan”, detalló Julia, la arquitecta que se tomó el trabajo de hacer el esquema.

Un punto de conflicto es que los vecinos no quieren que haya cancha de fútbol dentro de la plaza, porque “hay muchos lugares para jugar al fútbol, además el predio es muy pequeño, puede convocar a gente más grande que pueden generar situaciones violentas con los más pequeños. Además no queremos que haya cemento en la plaza”, explicó Verónica. Pero desde la delegación tienen un proyecto de cancha de cemento que quieren imponer contra la voluntad de todos los vecinos. ¡Qué democráticos!

Taboada se llevó la propuesta y no pasó nada. Además de hacer el plano, los vecinos buscaron un vivero que proveyera de plantas nativas; buscaron una diseñadora de juegos; armaron presupuestos. “Todo esto implica restar tiempo a nuestros propios trabajos, mientras que los concejales y los funcionarios cobran un sueldo para hacer esto y en realidad no hacen nada. Nosotros, para ir a hablar con ellos a Tigre, perdemos un día de laburo”, señalaron las vecinas.

Asimismo se entrevistaron con Pedro Heyde, Subsecretario de Servicios Municipales. “Nos recibió en 3 oportunidades. Mostró un trato amable, pero nos mintió. La última vez nos prometió la plaza para diciembre y….”, recordó Julia.

Probablemente la concreción de esta plaza haya sido uno de los pedidos que muchos tigrenses colgaron en el árbol de navidad oficial, pero, como los descolgaron muy rápido, parece que Papá Noel no se enteró. Es probable que los funcionarios municipales estén esperando a los Reyes Magos.

“Nada. No hicieron nada. Todo fue un bicicleteo, que el intendente está de licencia, que el intendente está de vacaciones, para qué hay tantos delegados, secretarios, directores, si no pueden decidir nada?”.

Mientras la bicicleta rodaba, hace casi un año, un grupo de vecinos puso manos a la obra: “Fuimos, limpiamos el predio, pusimos carteles y al día siguiente el delegado fue con camiones del Municipio y sacó todo. Rompió todo”.

¿Por qué se anula la iniciativa vecinal? ¿Por qué este patoterismo? ¿Por qué tanto temor a que los vecinos realicen por su propia cuenta lo que no hacen quienes están obligados, pues para eso se les paga un sueldo?

Mientras tanto, el predio destinado a la plaza sigue siendo un pastizal, lleno de basura generada por el Municipio que lo usa como depósito. Además, hace un par de años, al lado de la futura plaza, nació un asentamiento.

 

Donde hubo fuego…

Los antiguos moradores de La Ñata dicen que en el pueblo reina cierta anarquía. Pegado a la plaza hay un predio muy grande que lleva décadas abandonado. Allí comenzaron a aparecer casillas. “El ex delegado dice que eso tiene dueño, pero eso siempre fue un bañado”.

Tratando de lograr acuerdos convenientes para todos, los vecinos presentaron el tema de la toma del predio al delegado, pero tanto el anterior como el actual, dicen que el Municipio no puede hacer nada porque el asunto está judicializado.

“La calle Saavedra terminaba en un pastizal. Eso se fue rellenando y empezaron a surgir casas. Pusieron una barrera y la explicación del delegado es que esa es la forma de resguardar que la gente no entre a tomar terrenos”, contó Laura. O sea que los que quedan del otro lado de la barrera – es decir los tomadores del lugar – son los que resguardan que no siga entrando gente. “Todo eso alguien lo habilitó”, concluyeron las vecinas.

En definitiva, los vecinos sospechan que la intención es vender ese gran predio a una inmobiliaria y que, probablemente, a la venta se anexaría otro predio – el de las lagunas – que “cerraron con la excusa de que es peligroso para los niños”. La sospecha creció cuando, hace menos de un mes, se produjo, justo en ese lugar, un incendio que nadie sabe cómo se inició, pero muchos vislumbran cómo puede terminar.

Deja una respuesta