Gestionar la escasez

A raíz del enfrentamiento Rusia-Ucrania, los proveedores de GNL hacen su octubre. Con producción propia a partir de la explotación de Vaca Muerta, Argentina cubre el 85% de sus necesidades energéticas, el resto lo importa. Con cuentas fiscales agonizantes, el gobierno deberá tomar decisiones en el invierno que se avecina. El gas domiciliario está asegurado.

        Después de haber superado una pandemia que cayó como perico por su casa, ahora, a las puertas del invierno, son intereses geopolíticos los que vinieron a complicar aún más la economía interna de nuestro país. En este caso, la estocada viene por el aumento desmedido y quizás la escasez del gas natural licuado (GNL).

        Aunque Argentina está bien posicionada en la producción de gas, especialmente a partir de la explotación de Vaca Muerta, en Neuquén, en invierno el consumo domiciliario se multiplica por tres, entonces surgen dificultades para el abastecimiento con producción local, fundamentalmente debido a la inoperancia del gobierno anterior que no construyó el gasoducto necesario para transportar el gas hasta los grandes centros urbanos.

        En 2007, a causa de una reducción continua en la producción de gas (Vaca Muerta se empezó a explotar en 2013), el gobierno de Cristina Kirchner decidió instalar un buque regasificador en Bahía Blanca; en 2011 se agregó la terminal de Escobar, que funciona todo el año, en tanto la primera funciona sólo los meses de invierno.

        Tenemos, entonces, los buques regasificadores, pero ¿habrá dinero para comprar los 60 buques de GNL que hacen falta para abastecer normalmente a todo el país?

Poco cash

        La invasión de Rusia a Ucrania provocó encarecimiento y posible desabastecimiento de GNL a nivel mundial: Europa depende en gran medida del gas ruso y temiendo que los precios sigan aumentando o que las sanciones del gendarme yanqui se efectivicen, está acumulando stock.

        El ex subsecretario de Hidrocarburos de la Nación y actual director del Programa de Actualización en Hidrocarburos, Energía y Sostenibilidad de la Facultad de Derecho, UBA, Juan José Carbajales, señaló: “El problema para este año es que los precios vienen escalando. A fines del año pasado, Argentina decidió esperar para comprar porque, dados los conflictos USA-China, el gas había aumentado mucho y como la nuestra es una compra contra estacional en relación a Europa, cuando ellos ya no compran, los precios bajan. Pero este año estalló la guerra y Europa salió a comprar en un momento en que normalmente no lo hace”.

        La compra del gas se hace cash y como las cuentas fiscales andan rengas, puede ser que el gobierno decida comprar menos buques de gas, en este caso hay que ver cuáles serán los usuarios afectados. El entrevistado aclaró que “los usuarios domiciliarios no se verán afectados porque esta demanda está calificada como prioritaria”. Podrían ser los otros dos usuarios finales sobre los que recaería la dificultad: “Por un lado la generación eléctrica (hay centrales térmicas que generan energía eléctrica con gas) a quienes les pueden decir que se pasen a los líquidos (gas oil, fuel oil) que hoy salen un poco más baratos que el GNL, pero hay centrales que no pueden pasar a gas oil. O los otros usuarios finales que son los que usan GNC (pocos, pero con poder de loby) y el sector industrial. La gran tensión es cómo se va a administrar la escasez en el parque industrial de todo el país”. Hay que recordar que en este momento la industria está a un 10% arriba de los niveles prepandémicos.

        También hay buenas noticias: La empresa estatal Integración Energética Argentina (IEASA) ya convocó a licitación para comprar los tubos para el gasoducto que unirá Vaca Muerta con San Jerónimo (departamento santafecino entre Rosario y Santa Fe). “Ahora la Secretaría de Energía sale con un mecanismo de obra pública, típico de nuestro país y que ya funcionó, que nos permitirá salir de este cuello de botella en que nos encontramos y además no sólo reducir importaciones, sino también ganar mercados regionales”. El Estado financiará la construcción (con el aporte extraordinario de las grandes fortunas) e YPF tendrá la prioridad para usarlo.

        Quizás por especulación de los grandes productores de hidrocarburos, actualmente las agendas de descarbonización se están reviendo: “El mundo globalizado se da cuenta de que la primera demanda de las poblaciones es el acceso a la energía a precios razonables. En Europa empiezan a quitar impuestos a los combustibles y al gas porque la población no puede asumir estos incrementos tan repentinos”.

        Indudablemente, la energía es imprescindible para los aspectos aún más elementales de la cotidianeidad, por esto es necesario iniciar de manera sostenida inversiones en energías limpias de las que Argentina tiene amplia disponibilidad.

Por Mónica Carinchi

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