Un festejo que se remonta a las fiestas dionisíacas: La vendimia en Mendoza y Buenos Aires

Relacionada con el tiempo de la cosecha y por lo tanto con los procesos climáticos, la fiesta vendimial se afianzó en nuestro país. Para conocer algo de la vendimia, se puede ver libremente por Youtube Un paseo por Las Nubes.

A la cosecha de las uvas -especialmente aquellas destinadas a la elaboración de vino- se la llama vendimia; la fiesta que se realiza a su alrededor tiene su origen en las fiestas dionisíacas de la antigua Grecia.

En nuestro país, el cultivo de la vid se desarrolló fundamentalmente en Mendoza, por lo cual las fiestas por las buenas cosechas, la degustación de los vinos y la elección de la reina se fueron extendiendo en las distintas regiones de la provincia, entre los surcos y las parras de cada finca.

Actualmente, la Fiesta Nacional de la Vendimia se realiza los primeros días de marzo, por supuesto, en Mendoza. Sin embargo, sus antecedentes oficiales se encuentran en el mes de abril, cuando en 1913, en dicha provincia, se celebró el Segundo Congreso Nacional de la Industria y el Comercio, con eje en la industria vitivinícola.

A pesar de que la extensión de los viñedos se fue ampliando, hubo que esperar hasta 1936 para que el gobernador Guillermo Cano institucionalizara la fiesta vendimial para exaltar “la uva, el vino y la belleza de Mendoza”.

La celebración de la vendimia se realizó por primera vez el 18 de abril de 1936 en la rotonda del Parque General San Martín con carrozas tiradas por bueyes, un desfile de aviones de la Fuerza Aérea, banda de música, exposición de productos regionales y elección de la reina. En el 2021, el departamento de Guaymallén decidió eliminar la elección de la reina de la vendimia; por esos retrocesos que se viven en nuestro país, en el 2024, volvieron a elegir reina.

Aunque el consumo de vino tuvo una transformación radical a partir de la década del 70, ya que el vino y el sifón desaparecieron de la mesa familiar, la producción vitivinícola sigue siendo muy importante, especialmente en vinos de alta calidad, cuyo proceso no sólo está custodiado por calificados profesionales, sino también por el Instituto Nacional de Vitivinicultura, un ente estatal imprescindible para resguardar la salud de todos los argentinos.

En la actualidad, la vitivinicultura se está fortaleciendo en otras regiones del país, por ejemplo, en la provincia de Buenos Aires, donde los productores son apoyados por el gobierno provincial y tienen su propia fiesta provincial de la vendimia que se realizó en Saldungaray el 30 y 31 de marzo pasado.

En ningún festejo puede faltar el vino, porque, como dice la canción, “la vida es un vino amargo/ dulce en jarra compartida”.

Por Mónica Carinchi

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