Batacazo Tango Club: Buscan que el canto llegue al corazón de los espectadores

Si bien nacieron en pandemia, ninguno es novato en el mundo musical. Alejandro Pesaressi, conocido por los grupos Namuncurá y La Merluza, es el productor. Hicieron presentaciones en confiterías de la ciudad de Buenos Aires. Se los puede escuchar en el Facebook Batacazo Tango Club.

        Cuando un pibe se crio en el barrio jugando en el potrero, vivando a su equipo del alma en el tablón, rockeando en la adolescencia, tiene un lugarcito para esa música que siempre llega. Así le pasó a Alejandro Pesaressi, quien, después de tocar rock y folclore con tintes urbanos, ahora produce Batacazo Tango Club. Y como el escenario tira, también se canta unos tanguitos.

        El Batacazo nació en pandemia, por eso todavía están en busca de un contrabajista y, como apuntan a un toque distintivo, prefieren tocar entre amigos antes que con músicos que ya tengan experiencia en este género, porque eso podría llevarlos a imitar a otros grupos. “Nosotros sabemos que podemos ir amalgamando en algo que finalmente sea único”, sentenció Alejandro.

        Dado que las mujeres son mayoría, Alejandro aclaró que se dio así, no es por la ola feminista; en voces, Flavia Piraino y Esperanza Barcos; Denisse Álvarez, flauta traversa, Carlos Loversa, en guitarra y dirección, y Alejandro Pesaressi, en coros, completan la formación.

        Las voces femeninas se las traen: Flavia, aguardentosa; Esperanza, orquestal. Para que se luzcan, el productor apunta a que los músicos toquen para ellas, porque eso también permite que “los instrumentos sean escuchados y el que canta, llegue mucho más al corazón de la gente”.

        El repertorio está formado por clásicos: Naranjo en flor, La última curda, Desencuentro, Nada, Los mareados, La pulpera de Santa Lucía.

        Una característica del grupo es el compromiso actoral que ponen en cada interpretación. “Es nuestro estilo. Si hay que bajar la intensidad para no asustar a la gente, lo haremos”, comentó Alejandro, que ya viene con experiencia en este tema de sus grupos anteriores. Una versión de 1957 de Mano a mano, donde hay un contrapunto entre hombre y mujer, encuentra a Esperanza muy cómoda en el rol de la mina que por fin se liberó del tipo que la vivió; en El bazar de los juguetes, que se puede ver en Facebook, Alejandro recupera la estima del auditorio. “No elegimos especialmente letras para actuarlas, en realidad creo que podríamos hacerlo con todas porque es una elección como artistas”, aseguró el entrevistado. El show actual está compuesto por 14 tangos, pero Flavia está deseosa de preparar Las cuarenta, porque considera que es la vida misma; por su parte, a Esperanza le interesa cantar Cambalache, ya que es eternamente actual.

        Cuando la pandemia lo permite, cantan en bares, el espacio ideal para apreciar de cerca el trabajo de Batacazo Tango Club. Mientras que haya que quedarse en casa, se los puede escuchar en Facebook e Instagram.

Por Mónica Carinchi

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