Club Albarellos: Un nuevo espacio de arte

Para que el eje de la movida artística se corra de Buenos Aires, en Albarellos 280, un grupo de artistas abrió la galería de arte y tienda Club Albarellos. “Por aquí pasa el arte urbano”, dijo Consuelo Vidal, que, junto a su amiga Flora, recibe a los visitantes con amabilidad y predisposición para contar la historia de cada objeto que se expone en el lugar. De miércoles a sábado, a partir de las 11 hs.

 

De miércoles a sábados, la puerta del club Albarellos está abierta, pero ojo! no para jugar al fútbol, sino para ver arte del mejor.

La siempre sonriente Consuelo Vidal nos explicó: “Es una galería de arte y taller del artista urbano Tester; le pusimos club porque yo amo la sencillez de los clubes sociales, esa familiaridad que despiertan, cuando uno llega siempre hay alguien para charlar”.

Así es esta galería de arte, informal, descontracturada, con cierta artística desprolijidad que da permiso para tocar todo y enamorarse de algún objeto único. “La gente entra y se siente cómoda, eso era lo que queríamos. Además pasan esas cosas de pueblo, un vecino sube y se toma un mate. Gente de Tigre que nunca pasó por esta zona, nos descubre y dice ‘qué bueno’”.

Si bien el eje es la galería, igual que en un club, pasan distintas cosas: eventos musicales, reuniones de mujeres, fogones, encuentros populares que tienen como objetivo enfrentar el invierno en compañía y con una comida calentita. “Hacemos los encuentros populares cada 15 días, conjuntamente con la Usina. Se hace una comida barata, hay vinito, fogón”. La propuesta es los sábados al mediodía, alternativamente en cada espacio y, desde luego, el que se copa y lleva guitarra es doblemente bien recibido. La cocina está a cargo de Tester, que por un momento deja los aerosoles y le da con todo al cucharón.

Con la intención de que el arte esté en todas las casas, en la tienda se encuentran “obras de pequeño formato, accesibles, porque mucha gente cree que una obra de arte cuesta un huevo, pero no es así”. Y hay para elegir: macetas de Las Vidalas y de Katmandú Cerámica, agendas de Pum Pum, discos de vinilo de Estamos Felices, xerigrafías y estampas de Delfina Estrada, cuadernos de Volá, objetos en madera de Pedro Perelman y mucho más.

Hasta mediados de julio se podrá ver la muestra Cómo recuperar la embriaguez del corazón, de Kaffee Flash. “Danielsis hace stencil, es muy detallista, en este caso trabajó con fragmentos de poesías y canciones”, comentó Consuelo.

En el amplísimo espacio de Club Albarellos conviven obras de arte, una heladera antigua – casi un monoambiente – una bandeja toca discos – llevá tu vinilo para compartir – cosas y cositas coleccionadas por Consuelo que siempre está buscando objetos con historia para resignificar. Grandes ventanales permiten que el afuera ingrese a la galería-taller y es así como la naturaleza tigrense también forma parte del paisaje de Club Albarellos.

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Club Albarellos: Un nuevo espacio de arte

Para que el eje de la movida artística se corra de Buenos Aires, en Albarellos 280, un grupo de artistas abrió la galería de arte y tienda Club Albarellos. “Por aquí pasa el arte urbano”, dijo Consuelo Vidal, que, junto a su amiga Flora, recibe a los visitantes con amabilidad y predisposición para contar la historia de cada objeto que se expone en el lugar. De miércoles a sábado, a partir de las 11 hs.

 

De miércoles a sábados, la puerta del club Albarellos está abierta, pero ojo! no para jugar al fútbol, sino para ver arte del mejor.

La siempre sonriente Consuelo Vidal nos explicó: “Es una galería de arte y taller del artista urbano Tester; le pusimos club porque yo amo la sencillez de los clubes sociales, esa familiaridad que despiertan, cuando uno llega siempre hay alguien para charlar”.

Así es esta galería de arte, informal, descontracturada, con cierta artística desprolijidad que da permiso para tocar todo y enamorarse de algún objeto único. “La gente entra y se siente cómoda, eso era lo que queríamos. Además pasan esas cosas de pueblo, un vecino sube y se toma un mate. Gente de Tigre que nunca pasó por esta zona, nos descubre y dice ‘qué bueno’”.

Si bien el eje es la galería, igual que en un club, pasan distintas cosas: eventos musicales, reuniones de mujeres, fogones, encuentros populares que tienen como objetivo enfrentar el invierno en compañía y con una comida calentita. “Hacemos los encuentros populares cada 15 días, conjuntamente con la Usina. Se hace una comida barata, hay vinito, fogón”. La propuesta es los sábados al mediodía, alternativamente en cada espacio y, desde luego, el que se copa y lleva guitarra es doblemente bien recibido. La cocina está a cargo de Tester, que por un momento deja los aerosoles y le da con todo al cucharón.

Con la intención de que el arte esté en todas las casas, en la tienda se encuentran “obras de pequeño formato, accesibles, porque mucha gente cree que una obra de arte cuesta un huevo, pero no es así”. Y hay para elegir: macetas de Las Vidalas y de Katmandú Cerámica, agendas de Pum Pum, discos de vinilo de Estamos Felices, xerigrafías y estampas de Delfina Estrada, cuadernos de Volá, objetos en madera de Pedro Perelman y mucho más.

Hasta mediados de julio se podrá ver la muestra Cómo recuperar la embriaguez del corazón, de Kaffee Flash. “Danielsis hace stencil, es muy detallista, en este caso trabajó con fragmentos de poesías y canciones”, comentó Consuelo.

En el amplísimo espacio de Club Albarellos conviven obras de arte, una heladera antigua – casi un monoambiente – una bandeja toca discos – llevá tu vinilo para compartir – cosas y cositas coleccionadas por Consuelo que siempre está buscando objetos con historia para resignificar. Grandes ventanales permiten que el afuera ingrese a la galería-taller y es así como la naturaleza tigrense también forma parte del paisaje de Club Albarellos.

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