Sres: Periódico Actualidad de Tigre y san Fernando

Cuando presenté mi libro: Vida y Obra de: Doña Petrona Villegas de Cordero y el hospital San Fernando, único en su género, me fue auspiciado por una entidad benéfica, transformándose en un gran éxito, dado que también llegó con beneplácito a manos de una bisnieta, de la biografiada.

Inmediatamente el Sr. Alberto Manfredi, con fecha de 10 de abril de 2012, envía una carta a los integrantes de dicha entidad, denostando como es su costumbre, varios fragmentos del mismo. Haciendo caso omiso de la carta, ellos deciden reeditar una considerable cantidad de nuevos ejemplares, que se publicaran próximamente.

Ahora con fecha de julio de 2012, lo hace nuevamente en la sección carta de lectores con mayor saña, por haber sido ignorada su anterior acusación. Lamentablemente para él ha incurrido en graves acusaciones cuando afirma: que agredo a la comunidad de Victoria. Jamás podría hacerlo dado que mi esposa y parte de su  familia es de allí, yo me casé en Nuestra Señora de la Guardia.

Luego afirma que jamás recorro archivos para mis publicaciones, no sabiendo yo el hacidero de tal afirmación y por último da una fecha de ejecución de mi libro sobre el centenario del Colegio Normal, tal vez porque no figura ninguna pariente suya de la alta aristocracia lugareña. Estas y otras acusaciones deberá contestarlas ante quien corresponda.

Yo le digo a este individuo que camino por mi pueblo como un sencillo ciudadano que escribe sobre lo que le gusta y sabe.

Vuelve a mentir cuando dice que el libro del que soy co-autor denominado “Ellas Mujeres de San Fernando” fue idea de la Sra. Alejandra Murcho, pues una Senadora Provincial decidió su ejecución, pues pertenece a una antigua familia local. Inmediatamente al no ser convocado se ocupó de intercalar biografías de todas las mujeres de su familia, en dicha obra.

Ante tanta ignominia yo le contesto, que este humilde servidor que lo ayudó en difíciles momentos de su vida, no se fue peleado con la Iglesia de Aranzazu, ni con los sacerdotes de aquel momento, tampoco se enemistó con todas o casi todas las entidades culturales intermedias a las que trató de avasallar con su prepotencia innata. Además su último libro que le costó la enemistad de varias familias tradicionales dada su impericia por equivoco u misión. Tal el caso de la familia de Juan Pigni y de todos los comerciantes canaleros que por su condición de tales, no fueron biografiados.

Aquí y en otros casos el mismo incurre en agravio y discriminación. De lo que no se olvidó es de todos sus parientes a quienes como es costumbre les inventa una patina de aristocracia.

Por citar sólo algunas de las familias que protestan ante gruesos equívocos nombraremos a las siguientes: Zitta: por emparentar algunos de sus miembros de manera incorrecta.

Pericoli: confunde al honorable cabeza de familia tal vez porque era simplemente peluquero en la actual calle Perón al 400. O los Favier: nombra a los destacados y equivoca el origen según descendiente de ambas familias la destacada pintora Ñe Maza.

Hizo lo propio con la familia de Don Domingo Cerezzetto, los confunde con chacareros de Beccar con verdulería en la calle Ayacucho de igual localidad.

En realidad este personaje y su esposa Doña María Bianchi y familia, vivieron en una fastuosa residencia en San Isidro en la intersección de las calles: Domingo de Acasusso y Chacabuco.

El personaje “Verdulero” es el Sr. “Carlos” que pertenece a la tercera generación familiar. Pudiendo aceverar esto una descendiente, la Sra. María Celia Nocetti de Cousau. También yerra cuando dice que fueron padrinos de boda de esta, ambos padres de sendos novios, imposible otra vez porque Don Arturo Nocetti fallece en 1946 y la boda se celebra el 14 de julio de 1951 a las 21 en Aranzazu.

Coloca a la familia Lisarrague: como tradicional entre los más antiguos, siendo ellos orgullosos isleños tigrenses que vinieron a San Fernando en el año 1930 aproximadamente.

Cuando se refiere a la familia Cousau: olvida por desconocimiento que la antigüedad de esta le llega a través de la rama de los Casanova de la que aún se conserva la importante casona que edificaron. Cometió errores con fechas en la familia De Marzi: pudiéndolo aseverar hoy aún: Doña Matilde De Marzi.

Estos son sólo algunos ejemplos, de los tantísimos yerros cometidos con las familias que describió. Además afirma que los pasibles de ser nombrados son los que destaca, y nombra luego a gran cantidad de pioneros antiguos, donde vuelve a cometer discriminación.

Un hecho tan importante no se sortea con la perinola, ni se borra su importancia familiar por estar enojado con sus descendientes como es mi caso particular. Donde acusamos documentación probatoria.

Ahora también me acusa de no saber puntuar y describir, lamentablemente para él, no opinan lo mismo los que me entregaron gran cantidad de premios, municipales y provinciales, de los que acuso certificación.

Lamento que desde las sombras se pergenie tanta frustración acumulada, de la que no soy causante, y ello lo lleve a descalificarme de manera personal y tan repetitiva.

Ya tomadas las medidas pertinentes ante esta persecución sistemática ejercida por este individuo, he contestado a mis lectores y despejado de dudas, mi accionar de sanfernandino agradecido y le contesto por última vez públicamente: Sr. Manfredi: “Res non verba”

Atentamente Roberto César Carleo

DNI 11.934.888

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