Tigre crece día a día y es innumerable la cantidad de visitantes que llegan a nuestra ciudad. Pero para aquellos que no tienen auto, venir a Tigre o ir a la Capital se hace misión imposible, es un caos viajar en tren o en el “ex internacional” 60.

El ramal Mitre de TBA, que une las estaciones Tigre – Retiro, hace rato que dejó de ser un servicio normal. En un principio contaba con un servicio de vigilancia, ofrecido por Gendarmería, asientos confortables y aire acondicionado. Hoy no existe nada de eso, la vigilancia brilla por su ausencia, los asientos están todos rotos y el aire acondicionado no funciona y cuando lo hace, es fundamental abrir el paraguas dentro del vagón, o de lo contrario se termina empapado.

Ni hablar de la cancelación de servicios, sin una información coherente para el usuario, en la era de la tecnología.

Un viaje de Tigre a Retiro suele tardar una hora, cuando todo funciona bien. Pero muchas veces suele detenerse en varias estaciones más del tiempo reglamentario; nadie da explicaciones y lo que debía tardar 1 hora de viaje, suele extenderse hasta dos horas y media.

Estas líneas fueron escritas antes del desastre de la estación Once del ramal Sarmiento, que dejó 51 víctimas fatales. Si uno quiere suplir el viaje al centro en tren, debe recurrir al colectivo 60 y armarse de paciencia, ya que el servicio del Alto y el de Panamericana, pasarán luego de 1 hora de espera.

Los usuarios necesitamos que las autoridades y los concesionarios de los servicios mejoren su prestación.

Por Miguel Cardozo