Un claro proyecto local

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La participación ciudadana fue eje de la gestión de Osvaldo Amieiro. Las políticas públicas estuvieron ligadas a la integración de los vecinos sanfernandinos y a la búsqueda de calidad de vida y dignidad para todos y todas. Las grandes obras se hicieron con dinero provincial o nacional, los recursos municipales se destinaron al desarrollo interno. “Gran parte de la obra que hice, está bajo tierra”.

        “Un día llegué a la casa de una señora que salió y me dijo ‘mire cómo tengo que ir a tomar el colectivo’ y me mostró una bolsa de nylon con un par de zapatos, porque cuando subía al colectivo se cambiaba los zapatos porque tenía que caminar 3, 4, 5 cuadras por el barro. Entonces yo me tuve que dedicar a cambiar esa realidad”.

        El recuerdo de Osvaldo Amieiro es descriptivo de la situación que encontró en el Virreyes profundo cuando asumió por primera vez como intendente de San Fernando, en 1995.

        Las demandas de la población eran agua potable, “en algunas zonas de Virreyes todavía pasaba el aguatero”, pavimento, cloacas. Además de esas demandas, seguramente pudo olfatear el debilitamiento de los lazos de representación entre ciudadanos y políticos, por eso implementó prácticas participativas: “Primero fueron jornadas consultivas y lo que salía de allí, enriquecía lo que yo pensaba que había que hacer en San Fernando”.

        Las jornadas consultivas se transformaron en el Presupuesto Participativo, ejercicio de un plan de gobierno que tuvo en cuenta “las necesidades de los distintos sectores de San Fernando, sin discriminar entre los más humildes y los más pudientes”.

        También se implementaron la Encuesta de Satisfacción y Expectativas Ciudadanas, los Parlamentos Juveniles, las Cuadras Solidarias, los Foros Vecinales de Seguridad; para que los ciudadanos tuvieran herramientas conceptuales se desarrollaron Seminarios de Capacitación en Participación y Gestión Pública. Para mejorar los mecanismos de transparencia institucional se editaba el Boletín Municipal semanal y un diario mensual. Ambos se repartían en los negocios y los vecinos podían también retirarlos en el Palacio Municipal y dependencias municipales.

        Los mecanismos de participación también permitieron conocer necesidades de instituciones provinciales y apoyarlas, como la escuela laboral de personas con discapacidad a la cual la gestión de Amieiro les compraba los sobres que ellos elaboraban.

Cloacas para todos

        Si en la actualidad las cloacas son un problema en zona norte debido a la superpoblación, en los 90, en San Fernando, eran un problema porque escaseaban.

        “Cuando Obras Sanitarias se privatiza, vinieron los franceses. Para que pudieran hacer los 3 módulos (Planta Depuradora Norte) que están en San Fernando, hubo que expropiar 20 hectáreas a Fate. San Fernando fue elegido por la altura y la cota para el volcamiento al Reconquista. Esto a mí me permitió el desarrollo de las cloacas porque cuando los municipios de zona norte (Vicente López, San Isidro, San Martín, Tigre) tenían que pasar los caños, me tenían que pedir permiso y yo les decía que no. Y hablaba con los franceses y les decía ‘si a mí me van a traer la mierda de todos los municipios, no los autorizo’. Así logré que el 99% de San Fernando tuviera cloacas”. El trabajo fue acompañado con pluviales, agua corriente y “una presión sobre Edenor para que modernizara los transformadores. Y además se empezaron a poner medidores en los barrios porque la gente quería pagar porque así después se tiene derecho a reclamar por la tierra”.

Saber gestionar

        “Nosotros erradicamos villas y nadie me quemaba ninguna cubierta porque reubicábamos al que se podía y a otros les mejorábamos la vivienda. Algunos lugares pudimos comprarlos y otros, no; pero yo no les pedía la plata a los vecinos, se la pedía a Duhalde. El barrio que está en Arnoldi y 197 es muy grande, quise comprarlo, le pedí la plata a Duhalde y esa vez dijo que no, que era mucho. Entonces yo me dediqué a ponerle límites al barrio: pavimenté todos los alrededores, llevé agua, cloaca, puse cordón que impide que la gente siga avanzando sobre lo que está desocupado”.

        Para el barrio Santa Rosa, “la infraestructura la hizo Scioli y las viviendas, Kirchner”.

        Los barrios privados también hicieron su aporte: “El barrio Parque de la Reconquista nos tuvo que dar tierras y así surgió el Virreyes Rugby Club. La actual gestión les quiso arrebatar el comodato”.

        A las tierras nacionales se les dio buen uso: “Menem me preguntó por los galpones de Radio El Mundo porque tenía ganas de venderlos. Yo le dije que ahí había 1000 familias y había 7. Hoy el 50% son viviendas de gente que vivía en villas y el otro 50 es el poli donde lo histórico se conservó. Yo sólo hice dos polideportivos, esta gestión hizo polis por todos lados y no está mal, pero los más humildes no pueden ir porque los chicos tienen que ser socios”. Y si los polideportivos no se llenan de niños, ¿para qué sirven?

No sólo túneles

        Los dos túneles más importantes de zona norte, Centenario y Carupá, se inauguraron durante su gestión: “El túnel de Centenario está en San Isidro, pero San Fernando participó para que se pudiera llevar adelante. Y para el túnel de Carupá, Néstor Kirchner nos pidió que resolviéramos el juicio que tenía la ULIT y con Ubieto compramos la tierra”.

        El ex intendente dijo que tenía planificados más túneles que luego ejecutó la familia Andreotti, aunque cuestionó: “San Fernando tiene 4 kilómetros, no puede tener túneles cada 4 cuadras. Ése, más que un proyecto político, es un proyecto económico”.

        Para los pavimentos también recurrió a Duhalde y así surgieron Simón de Iriondo, Santamarina, Avellaneda, Ruta 202 hasta Guatemala. “Donde está la terminal de la 707 había un canal que no toqué porque si lo rellenaba, lo iban a ocupar. Quedó así hasta que logré que se hiciera la obra y la conecté a Panamericana. Tampoco se hizo la parte de Sobremonte a Sucre porque había grandes transformadores”.

        Amieiro nos compartió su estrategia: todas las obras grandes las discutía con Provincia y con Nación, de allí salían los fondos y los propios quedaban “para mejorar la calidad de vida de los grupos más vulnerables. Había que promover la vacunación, los chicos tenían que ir al jardín, al primario. Las escuelas medias y técnicas se hicieron durante mi gestión. Armamos las manzaneras que ayudaban en cosas donde el Estado no llega, entonces también se las acompañaba a ellas en el mejoramiento de su calidad de vida. San Fernando llevaba 600 chicos a los torneos bonaerenses porque yo quería que los más humildes tuvieran el derecho a viajar a Mar del Plata”.

Tener presente la historia

        En toda gestión quedan proyectos sin concretarse. Uno fue la plaza Pueblo Pibe en el predio del palacio Otamendi, donde se planeaba el funcionamiento de la Dirección de Niños y Adolescentes para “tener una figura que continuara con el objetivo de la donación ligada a la protección de la minoridad. Porque con las donaciones hay que tener cuidado. En cambio, la actual gestión quiere hacer un teatro y un estacionamiento subterráneo. ¿Y qué pasa con la donación?”.

        La recuperación del palacio Otamendi, el teatro, el polo gastronómico, el estacionamiento implican una inversión multimillonaria. ¿Habrá que hacer una excepción para que en esa zona se haga un teatro? Justamente en relación a la cantidad de excepciones que la gestión Andreotti hizo para habilitar emprendimientos privados, el ex intendente Amieiro tiene una definición: “Esta gestión no tiene un proyecto político, tiene un proyecto económico institucional y privado”.

        Mencionó, entonces, dos de las grandes excepciones: “Molinos, una zona declarada industrial por Viviant. La transformaron en zona residencial” (ver https://actualidadtigresanfernando.com/noticias/informacion-general/politicas-que-consolidan-la-desigualdad/). Por otro lado, frente al aeropuerto de San Fernando hay 45 hectáreas pensadas por Amieiro como parque industrial: “Son 15 hectáreas de propiedad municipal, 15 de Mendiguren y 15 de otra empresa. Yo lo tuve que convencer a Mendiguren de que el parque industrial también le permitía hacer negocio con la venta de lotes de 2000 metros, en lugar de vender lotes de 700 metros. A mí eso me permitía llevar adelante un desarrollo industrial dirigido a las pymes porque eran lotes pequeños. Esta gestión transformó eso en zona residencial, o sea que no pensaron en un desarrollo para que los vecinos trabajen en San Fernando”.

        El entrevistado redondeó su reflexión: “Si los vecinos de San Fernando no pueden comprar una vivienda en el distrito (porque los precios de las zonas residenciales nuevas no son para los vecinos de San Fernando) y tampoco pueden trabajar en su municipio, entonces ¿para quién se gestiona?”.

Por Mónica Carinchi

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