Carta urgente dirigida a los vecinos y disfrutadores de Tigre

Aprovechando que no hay tanta gente en Bs. As. y las calles están más despejadas, decidí ir a dar una vuelta en bici por la costa de Tigre, mi barrio de toda la vida. Que lindo aire se respira, y que tranquilidad sin tanto ruido de autos.

Paseando y disfrutando y sin querer queriendo, me encontré de pronto en la calle Lavalle, costeando el Río Tigre, recorrido inevitable (cuando aún vivía con mis padres), de casa a la estación y de la estación a casa, (la vuelta lo mejor) después de la asfixia de la ciudad repleta de cemento, bombardeo de carteles, gente, contaminación, ruidos… La verdad un placer tener que volver a casa caminando, y sentir aunque sea por unas cuadras aire puro, ruido a pájaros, a hojas, olor a río, pisar la tierra.

Cuantos recuerdos, de niña corriendo y jugando por esas vereditas, esquivando los palitos que la dividían (esos ya no están), escondiéndome tras los árboles… Enfrente, repleto de vegetación, verdes en todas sus tonalidades, pájaros y las infaltables garzas, con su gracioso andar, las que solo en sus 2 primeros años, mi hija pudo disfrutar (ya que esa parte tampoco está).

En medio de tantos hermosos, buenos, y a veces no tan buenos recuerdos, de pronto, me topo con una enorme pared. Es un cartel mega gigante, como lo que dice. Algo de obras (y no de artistas), cemento, estacionamiento, glorietas, UN PATIO GIGANTE… en el paseo Lavalle? Sí, está bárbaro pienso, y enseguida se me viene a la mente la palabra destrucción, destrucción de algo que a mí, como a muchos, nos hace bien… bien no solo para nuestros hijos, sino también para nuestros padres, tíos, abuelos, sobrinos, primos, amigos, perros y gatos.

Nosotros a este barrio lo elegimos, no para pasar un rato, un finde o una estadía. Elegimos Tigre para vivir, para respirarla (dentro de lo que se puede), todos los días. Para nosotros lo mega gigante ya está dado, y no es este proyecto, es el proyecto que determino la naturaleza, con todos sus ítems cumplidos y diseñados a la perfección y encima es gratis.

Breguemos a favor de ella, es el único pedacito de costa que queda sin baldosas, rejas, súper iluminación… Respetando y priorizando lo natural y autóctono, sin querer transformarla en una “linda costanera” turística… Todo esto sin siquiera nombrar lo que significa para la naturaleza misma, el daño a que la exponen con las maquinarias que usan para obras de semejante envergadura.

Esto está pasando en el mundo entero, no permitamos que suceda en el paseo Lavalle. Es daño irreparable, ellos no son los dueños, su candidatura dura poco, y lo que hacen, a nosotros mucho. Esto, queda así para siempre.

No es un pedido, un ruego, ni una suplica, (que bien podría serlo si alcanzara para mermar las ambiciones…) es hacer una toma de conciencia de lo que significa. Este es nuestro lugar, unámonos para protegerlo y preservarlo. Defendamos este espacio ya que no puede hacerlo por si solo. Hagamos una cadena de concientización y reflexión, pero que sea ya; las maquinas están avanzando y en muy poco tiempo el paisaje no va a ser el mismo. Avancemos nosotros, no hay tiempo, y somos más.

Lourdes Lankinen

DNI 24.927.318

Vecina con grandes inquietudes.

 

PD: La carta fue redactada hace 2 semanas, cuando todavía no se había empezado con las obras. Hoy, ya está levantada la primera y segunda cuadra de vereda, frente al colegio San Ramón.

Deja una respuesta