¿Quién no conocía a Fredy? genio, loco trasgresor, buen médico, buenísima persona por sobre todo y amigo (*).
Fredy no daba turnos cada 15 minutos… atendía cada caso individual… atendía a todos siempre… era psicólogo sin título… era el doctor house del 2000… era el más adorable y el más cabrón… era el que la gente sensible e inteligente lo esperaba horas pero que quería que solo lo atendiera el: “el dotor” (como lo llamaba la gente de la isla) o simplemente fredy… el que no especulaba… el ácido… el guía de vida… el de brutal honestidad… el de firmes convicciones… el de estilo desalineado… el que no mentía… el que admiraban… un corazón espinado, tenía un descomunal encanto… Fredy decía: “Las personas mienten, los perros no…”.
Te extraño y te extrañaremos (Claudia) y todos los que te amábamos… vivirás en nuestros corazones,
(*) por eso en cada amigo, en cada tigrense que tubo la alegría y el honor de conocerte, hay un corazón herido, hay un desgarro incurable…
Era tan grande tu alma que no te alcanzó esta tierra y te entregaste a volar para llegar hasta los confines del universo… Fuiste un solitario, en medio de una multitud que te quería… lástima que nunca te diste cuenta de eso… que te necesitábamos, no solo como el gran cardiólogo que fuiste, sino como un ser humano de excepción… un hombre del cual el mundo no era digno.
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