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Los Hermanos Miranda: música y pasión

Desde hace años recorren los escenarios más distinguidos del folclore. Tocan temas tradicionales fusionando batería, teclados e instrumentos andinos.

Cuando se piensa en hermanos famosos, aparecen rápidamente Cástor y Pólux, Rómulo y Remo; más cerca nuestro, los hermanos Grimm, en literatura; en el cine, los hermanos Lumiére; en la industria automotriz, los hermanos Dodge. Y desde el 26 de noviembre, Los Hermanos Miranda también forman parte de esta lista. Con el espectáculo dado ese día en el ND Ateneo, este grupo folclórico se ha consagrado definitivamente entre los grandes de la música nacional.

“Los tres mayores (David, Jorge, Hugo) comenzamos a tocar hace 23 años, luego se incorporaron los más jóvenes (María Inés y Daniel)”, explicó David Miranda, que comenzó a los 9 años a tocar la guitarra y ahora tiene a su cargo “vientos y voz”.

“Hemos mamado la cultura andina directamente en Jujuy”, dijo el músico, quien pasó su infancia en esa provincia hasta que sus padres decidieron mudarse a la localidad de General Pacheco. Los ritmos andinos se adueñaron del primer CD que “hicimos cuando éramos muy changuitos”, recordó David, “pero el que presentamos en el Ateneo es una fusión. Estamos incursionando en ritmos latinoamericanos con instrumentos típicos del norte argentino, charango, zampoña, sikus”.

Este músico apasionado confesó que de chico actuaba con sus hermanos en los actos escolares y “como nos gustó, no nos quedamos con tocar de oído. Cuando llegamos a Buenos Aires, nos anotamos en el Centro Polivalente de Arte de San Isidro”. Los cinco estudiaron allí y se recibieron de profesores de música; “comenzamos a trabajar en la docencia, pero nunca descuidamos el grupo”, explicó David. Efectivamente, la lista de festivales y escenarios donde estuvieron presentes lo demuestra: Auditorio de Radio Nacional; Baradero; Pico Truncado; Los Antiguos (Santa Cruz); Cosquín; Jujuy; Folklorísimo.

David reconoció que aprendieron mucho de “los Chalca, los hermanos Ábalos, los Quilla Huasi, Opus Cuatro”, pero ellos forman parte de la transformación que se dio en el folclore a partir de Músicos Populares Argentinos. “Los jóvenes se identifican con el teclado, la batería, entonces no veo mal hacer folclore con esos instrumentos. La gente lo está aceptando”. Y así, María Inés se presenta en el centro del grupo con sus bombos y la batería. Incluso han incorporado a su repertorio un tema de Bob Dylan fusionado con instrumentos andinos, pues “nos interesó la letra que alienta a sumarnos al cuidado del planeta”.

El mes de noviembre, para Los Hermanos Miranda estuvo cargado de emociones fuertes. Comenzaron el 7 con una presentación en el Auditorio de la Plaza de Pacheco, “ese día en Tigre, además de nuestra presentación había 3 eventos, por eso nos preguntábamos si iría gente a la plaza”. La gente los acompañó y también lo hizo el Intendente de Tigre, que “se subió al escenario a cantar con nosotros”. Unos días después, en la fiesta del isleño, nuevamente los aplausos llenaron el espacio y el intendente “hizo doblete, se subió otra vez”. Culminaron el mes con la presentación en el Ateneo, “trabajamos mucho para esto”, reconoció David.

Con un juego de luces que envidiaría el mismísimo arco iris, comenzó el show de Los Hermanos Miranda el jueves 26 de noviembre en el Ateneo. Empezaron con un huayno, haciendo mover desde el inicio a los espectadores. Cada hermano tuvo su espacio para destacarse, pero la nota especial la puso en todo momento David, con su manejo magistral de los aerófonos y con un despliegue llamativo de sus movimientos. Como él mismo dijo, ha aprendido a pararse en el escenario y a adueñarse de él. El intermedio acústico, sin micrófono, creó un momento de intimidad destacable. Tuvieron dos acompañamientos sobresalientes: el ballet Neuhuen y el público, que hizo sonar sus palmas constantemente a falta de un espacio para bailar. El cierre, con una versión brillante de “El cóndor pasa”,  demostró que Los Hermanos Miranda llegaron al  escenario grande para quedarse.

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