Club Atlético Tigre

Para cortar las continuas derrotas, era necesario cambiar de esquema táctico y de protagonistas. Tigre volvió al clásico 4 – 4 – 2, Manzur, Pasini y Leone por Leyes, Giménez y Montiel. El Matador sorprendió al Barcelona, perdón a Independiente.

Desde el mediocampo manejó el encuentro, con Pasini como eje del equipo, con Luna y Lázzaro complicando al fondo del diablo. Independiente se vio sorprendido, Gandín y Silvera no inquietaban a Ardente.

La primera ocasión para abrir el marcador fue de Tigre, Lucas Oviedo exigió una extraordinaria respuesta del arquero Gabbarini, para evitar el gol.

A nadie extrañó que Carlos Luna pusiera en ventaja a Tigre, dejó en el camino a Mathen y su remate se clavó en el ángulo del arco del rojo.

Independiente no tenía respuesta, hasta que el juez Furchi decidió darle una mano, inventó un foul de Oviedo, a Mancuello en la puerta del área. Tigre armó mal la barrera y Acevedo empató el partido.

Lucas Oviedo reventó el travesaño, Tigre terminaba el primer tiempo con una mejor imagen. Pero el Matador suele irse del partido, marcó mal en un tiro de esquina y le permitió a Carlos Mathen, en absoluta soledad, decretar el triunfo del diablo por 2 a 1.

Tigre buscó y mereció el empate, Lázzaro la tiro arriba del travesaño desde una inmejorable posición. Tigre volvió a perder, mejoró en su juego, en la entrega, no mereció caer ante Independiente. El Rojo pasó de ser el Barcelona, a parecerse al Extremadura.

¿Cómo se sale de esta cadena de derrotas, cómo se sale de esta situación? ¿Pero cuándo? Urgente por favor, es necesario y hasta imprescindible.