Un vínculo que se inició en el siglo 19 se vio consolidado el 22 de febrero de 1904 cuando se izó por primera vez nuestro pabellón nacional frente al Observatorio Meteorológico Argentino en la isla Laurie, en las Orcadas del Sur. Desde entonces, nuestro país reclama soberanía sobre la porción delimitada entre los meridianos 25° y 74° de longitud oeste y los paralelos 60° sur y 90° sur. Allí se hace patria.

        Es la región más ventosa del mundo, ya que se registraron vientos de hasta 240 km/h; también es la más fría: en 1960, el termómetro marcó 88°,5 C bajo cero en la estación soviética Vostok; es, además, el lugar más deshabitado del planeta. En la Antártida, ese continente extremo, Argentina tiene presencia permanente e ininterrumpida desde el 22 de febrero de 1904, día en que se inauguró el Observatorio Meteorológico en la isla Laurie (a 1502 km. de Ushuaia), en las Orcadas del Sur. Desde aquel día, y durante los 40 años posteriores, Argentina fue el único ocupante permanente de la Antártida. Esta ocupación efectiva, haciendo investigación, es uno de los modos de adquirir un territorio en el derecho internacional. Es decir que esta presencia avala el reclamo de soberanía de nuestro país.

Más de un siglo de presencia

        Cuando el barco volvía a tierra, los hombres del Observatorio Meteorológico de la isla Laurie quedaban aislados hasta el año siguiente, cuando el barco regresaba para el relevo de la dotación. El aislamiento duró 23 años, porque en 1927 se logró la primera comunicación radiotelegráfica entre el Observatorio y Buenos Aires, a través de Ushuaia. Otra fecha importante que marca la presencia activa del país en el continente helado.

        Como se sabe, los piratas ingleses siempre buscaron expulsar a la Argentina del territorio antártico, por esto, durante la primera presidencia de Juan Domingo Perón, quien consideraba que la Antártida era el “magno asunto” de Argentina, se firmó una alianza con Chile por la cual ambos países acordaron la defensa de sus soberanías sobre las porciones reclamadas por cada uno y también se comprometieron a entablar negociaciones por la porción yuxtapuesta. Asimismo, durante sus gobiernos, Perón estableció la mayor cantidad de bases -muchas de las cuales siguen en funcionamiento hasta la actualidad- y en 1951 creó el Instituto Antártico Argentino, el primero en el mundo dedicado a investigaciones antárticas.

        A lo largo de los 119 años que la Bandera argentina flamea en la Antártida, se instalaron 6 bases permanentes y 7 sólo de verano. El año pasado se reabrió la base conjunta permanente Petrel que había sufrido un incendio en 1974. Allí se están reconstruyendo un muelle y dos pistas aéreas, por lo cual es un punto estratégico para nuestro país.

        En la base Esperanza se encuentra la única escuela que funciona en aquel continente, ya que es la única estación donde el personal militar y científico es acompañado por su familia.

        La base Belgrano II es nuestra base más cercana al Polo Sur. Allí se desarrollan trabajos para instalar dos antenas de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales. Varias expediciones argentinas llegaron al Polo Sur, tanto por vía aérea como por vía terrestre.

        En 1959, doce países firmaron el Tratado Antártico por el cual se estableció que la Antártida es un continente dedicado a la paz, la ciencia y la protección del ambiente. Si bien con la firma del Tratado se suspendieron los reclamos de soberanía, ninguna de las partes renunció a su derecho de reclamo territorial, constituido precedentemente.

        Argentina es un país bicontinental que se extiende hasta el Polo Sur en el continente antártico; la longitud de la costa de la Antártida argentina e islas insulares es de 11.235 kilómetros. Los recursos marítimos que tiene el país son enormes porque, como se dijo más arriba, nuestro territorio no se limita al extremo meridional de América del Sur, por eso debemos recordar que el 22 de febrero se celebra el Día de la Soberanía Argentina sobre la Antártida (meridianos de 25° y 74° de longitud oeste, paralelo 60° sur y los 90° sur).

Por Mónica Carinchi